Nuevamente
es un placer poder saludarles y ante todo agradecerles infinitamente su
generosidad para con mis letras, la entrada anterior a esta que hoy me hacen el
favor de leer, “El pequeño Kinkonato, recuerdos de mi niñez.”, casi llega a las
900 visitas, lo cual tiene mucho valor para mí porque en ella les hable del personaje
primigenio que tuve la oportunidad de crear en los primeros años de mi
infancia, por lo que agradezco su interés en aspectos tan personales y los
cuales yo atesoro, mil gracias amigos, es para mí en verdad invaluable.
En
la pasada navidad, de visita por mi pueblo acudí a una plaza comercial en la
que se presentó un mago, encontrándome ahí con mis hijos y sobrinos tuvimos la
oportunidad de disfrutar del espectáculo gratuito que se presentaba para todos
los que nos encontrábamos en el área de comida rápida, al final de la presentación
el prestidigitador utilizó una frase que seguramente ustedes han tenido también
oportunidad de escuchar:
“El
artista vive de los aplausos”
Sin
embargo la remató diciendo:
“Pero
con los aplausos no pago ni la luz, ni la comida, así que toda propina será
bienvenida”
Aquello
me hizo pensar en lo injusto que a veces puede ser el arte.
Un
creador hace su labor artística porque es una necesidad inherente en él, es más
que probable que en la materialización de su arte no busca una compensación
económica sino la recreación de su espíritu, por supuesto eso es sublime, pero
como decía el mago, con eso ni se pagan los servicios básicos, ni las
colegiaturas ni la comida.
De
tal forma vino a mi mente uno de los creadores que más admiro, el “Rey” Jack
Kirby, pocos artistas han influido y revolucionado el mundo de los cómics
como él lo hizo y sin embargo por injusto que parezca, todo su arte no le
redituó en nada económicamente. Dada la época, los derechos de sus creaciones
se quedaron en manos de las compañías y el rey no obtuvo regalías por ellos,
por lo que sus últimos años de vida los pasó con la admiración de todos pero
con penurias económicas.
En
contraste, allá por los noventas del siglo pasado, también en el mundo de los
cómics, se vivió una revolución por medio de la cual los creativos más
populares del momento se separaron de las grandes editoriales y fundaron su
propia compañía en la cual conservaban los derechos y las ganancias por todos
sus personajes.
En
esa época un jovencísimo creador llamado Rob Liefeld se hizo muy popular, a
pesar que sus ilustraciones tenían enormes carencias, se encontraban fuera de
toda proporción anatómica y solía
dibujar músculos inexistentes más allá
de toda exageración heroica. El joven de no más de 20 años incluso vendió
licencias de sus creaciones a la compañía de Steven Spielberg para proyectos de
películas que nunca se crearon, por ende el joven Rob se volvió millonario y hasta
la fecha sigue viviendo comodamente de sus ganancias de aquella época sin tener
prácticamente que seguir trabajando.
Jack
Kirby pasó sus últimos años con grandes dificultades, la artritis en las
manos no le permitía dibujar cómodamente,
sin embargo, el gran maestro tenía que hacerlo para poder solventar sus gastos
primarios.
De
todo lo anterior me han surgido las siguientes interrogantes que comparto con
ustedes.
¿Qué
es realmente el éxito?
¿Qué
es más importante, el reconocimiento puramente artístico o el económico?
¿Pueden
los dos compaginarse y permitir a un autor destacado vivir cómodamente de su
obra?
Para
nuestra sociedad actual el éxito se palpa según los logros económicos, es usual
pensar que una persona ha logrado mucho en su vida al tener un auto deportivo
de lujo, una enorme casa y viajar repetidamente. Para otros –los menos- el éxito
no se mide por el alcance monetario sino por logros personales: una carrera
profesional, reconocimiento de los colegas o público, para otros –un grupo aún
más reducido- la satisfacción viene de una situación anímica y familiar estable
y duradera.
Por
supuesto que hay casos que demuestran que dos o incluso todos esos aspectos
pueden converger en una persona, los creadores de las sagas de Harry Potter y
Canción de Hielo y Fuego, no solo gozan de un reconocimiento por su labor artística
sino que la misma se ha traducido en enormes ganancias monetarias, en otro
extremo del espectro están las creadoras de sagas como Crepúsculo o las sombras
de Grey, a quienes se les ningunea el alcance artístico de su obra pero que han
amasado enormes fortunas por ellas.
Es
en esos últimos casos por lo que he pensado mucho en los últimos años del gran
Jack, ¿habrá pasado alguna vez por su mente la idea de cambiar todos aquellos
halagos por un poco de plata?
Volvemos
al prestidigitador del inicio:
“El
artista vive de los aplausos, pero con los aplausos no pago ni la luz, ni la
comida”
Muchos
referentes del arte universal han pasado penurias económicas, varios de ellos
murieron en la miseria, algunos ni siquiera pudieron saber la magnitud que
tendría su obra para la posteridad, ¿será posible que en esos momentos de
penurias habrían cambiado todo ese reconocimiento venidero por algunas monedas?
Es
más que probable que poco le importe a E.L James y Stephenie Meyer lo mal que críticos y
estudiosos de la literatura traten a su obra, puede que tampoco les haga mella
el saber que son productos temporales que no pasaran a la historia de la
literatura, sin embargo en el efímero paso de sus vidas, su historias mucho les
habrán redituado a sus creadoras. Que un trabajo intelectual, por limitado que pueda ser, le reditúe económicamente a su autor por supuesto por supuesto que es más que justo, pero que otro autor con mayores alcances artísticos no pueda gozar de al menos lo básico ya nos hace ver que hay algo que no esta bien.
No
he podido dejar de pensar en mi padre, un excelente abogado penalista, que no
tuvo el reconocimiento económico que sus conocimientos ameritaban, como siempre
lo dice mi madre:
“Tu
padre nunca supo cobrar"
El
era feliz con el alto concepto que de él tenían sus colegas, disfrutaba el
halago y el reconocimiento verbal cuando demostraba a otros abogados que lo
contrataban para maquilarles trabajo, que sabía y podía más que ellos.
Ellos
cobraban grandes sumas –a pesar de sus escasos conocimientos jurídicos- y mi padre recibía muy poco de aquello, sin
embargo era feliz porque tuvieron que acudir a él y a sus conocimientos, a él
le gustaba vivir de los aplausos y mi
madre siempre le riñó por ello.
Termino
con lo que comencé, no soy un mercader, ni un materialista pero me hubiera
encantando que mis héroes Jack “El rey” Kirby y mi padre, hubieran gozado de un poco de la fortuna que ha
sido alcanzada por creadores y abogados muy limitados e incapaces de compararse
con su grandeza.
En
el caso de Jack, él se ha llevado los aplausos para toda la historia, pero
ellos no le pagaron ni un trozo de pan.
Amigo solo unos pocos pueden vivir de sus glorias porque tienen un golpe de suerte. Los artistas tenemos que trabajar porque nos gusta. Si eres creativo puede que tengas suerte o no. Yo pronto voy a sacar un libro y no creo que me haga rica por vender. Pero una vez de que lo escribes que haces. Lo dejas en un cajón pues no, sea bueno o malo hay que mostrarlo, alguien lo leerá. Un abrazo
ResponderBorrarMuchas gracias por leer el artículo y por tomarte el tiempo para comentar, te deseo más éxito con tu libro, el simple hecho de concluirlo y publicarlo es en sí un triunfo, saludos.
BorrarMe hace sentir mal , que todos los que tenemos blogs y creamos historias , dibujos , poesía y demás amamos lo que hacemos pero cuando eso se convierte en números , podemos perder el norte por completo. Ya sea por visitas , me gustas o dinero. Yo, no considero que mis historias vayan a ser publicadas algún día , pero ¿sabes? el proceso de creación , es como una inyección de adrenalina para mi. Siempre me ha gustado escribir , pero el que vale y tiene suerte consigue valores monetarios eso está claro. Por otra parte , me da vergüenza que aquí en España solo se valoran a aquellos que han tenido roce con el otro lado del charco. Eso me repatea y me entristece, no sabes cuanto. Tus palabras me han hecho pensar , reflexinar y sobretodo , animarme a escribirte por que aunque no te deje comentario te leo , es solo que soy vergonzosa y a veces me abstengo de escribir. Muy buena entrada, Saludos !
ResponderBorrarMillones de gracias por leerme, tienes mucha razón en lo que dices, es demasiado fácil sucumbir ante la necesidad de aprobación, manifestada por likes o +, incluso se puede llegar a dejar de lado cosas más importantes por conseguir más audiencia o ventas. La creación puramente es un triunfo, dejar atrás los miedos y el enfrentar el desafío que constituye una hoja en blanco. Saludos
BorrarBueno, puede que no fuera millonario, pero consiguió grandeza. ¿Cuántos millonarios de su generación serán recordados? Es cierto que el dinero es importante, bueno lo importante es la ausencia del mismo, pero la eternidad no se consigue con ello. Y eso es lo único que pervive tras la muerte. Kirby fue un dibujante grandioso, su 4 Fantásticos con Stan Lee a los guiones fueron una obra de arte. Nadie conseguía plasmar puñetazos como él, nadie ha dibujado armas y naves espaciales como él... Bueno tiene dos debes, era un desastre dibujando caras femeninas y su diseño del traje de Spiderman fue muy malo, por suerte para Stan Lee, Steve Ditko anduvo inspirado. Otro autor que habiendo creado a uno de los personajes que más pasta ha generado dudo que se llevara demasiado. Pero bueno, lo que he comentado, de ellos nos seguiremos acordando pero de los ejecutivos que se forraran vendiendo los derechos no. Saludos!
ResponderBorrarMuy buen reflexión. Yo creo que el proceso creativo no está reñido con buscar un éxito económico, pero es complejo, más en estos tiempos donde lo efímero reina. Y donde la chabacanería sustituye la calidad. La ocurrencia le gana a la idea y la imagen al fondo.
ResponderBorrar