Bienvenidos
al blog de Para decir adiós: Las dos princesas, millones de gracias por la
invaluable atención de estar acompañándome durante todo este tiempo, su lectura
es un enorme aliciente, es por ello que debo disculparme por abandonar el blog
durante estos primeros catorce días del mes de marzo, lamentablemente para
escribir dependo mucho de mi estado de ánimo, por supuesto que un poco de
angustia y añoranza siempre ayuda a aflorar mayores sentimientos y facilita el
poder plasmar ideas en palabras, pero cuando estos van más allá ocurre todo lo
contrario y se vuelve complicado el tener la disposición para poder publicar
algo.
En
estos últimos días algunos acontecimientos personales -por cierto nada graves, pero sí bastante molestos-
hicieron que mi mente se viera ocupada por otras ideas y preocupaciones, las
cosas van arreglándose o al menos llegando a aguas tranquilas que me permitirán
valorar con más calma algunas decisiones que tendré que enfrentar más adelante,
aunado a lo anterior mi principal fuente de difusión de las publicaciones del
blog también enfrentó un problema.
Como
he comentado en otras ocasiones, como padre de dos niños pequeños he tomado la decisión
de no dejarme seducir por lo fascinante que puede resultar la retroalimentación
en redes sociales, por lo que desde que comencé a perseguir el sueño de dar a
conocer mis escritos por dicho medio, me prometí no robarles tiempo a mis
hijos, motivo por el cual a partir de la hora en que estoy con ellos trato de
dedicarles mi tiempo al cien por ciento, lo anterior se traduce en no hacer
publicaciones en redes por la tarde.
De
tal manera, los momentos en los que publicitaba los artículos publicados en
este blog, eran por las mañanas, en los ratos libres que tenía en el lugar
donde trabajo, con ello he procurado llegar una hora antes de mi horario de
entrada para cumplir con la totalidad de mis labores en el menor tiempo posible
y poder gozar de un espacio que me permitiera la publicación, principalmente en
Google+, sin embargo desde el primer día de este mes, se me bloqueó el acceso a
dicha red social, motivo por el cual debí hacer las publicaciones desde mi teléfono
móvil, sin embargo como G+ es un servicio que no está contemplado dentro del
pago ordinario, en cuanto he recibido la factura mensual he visto la
inviabilidad de estar publicando por esa vía.
Afortunadamente
logré descubrir que a pesar de no tener acceso a G+ puedo compartir las
publicaciones a través de la ventana de notificaciones que aún me aparece al
ingresar a los servicios generales de Google, desgraciadamente al publicar de
tal forma no me permite la interacción deseada con los amigos que me hacen el
favor de leerme.
Desde
que comencé a publicar las entradas de este blog en diferentes comunidades que
me han hecho el inmenso honor de recibirme como un amigo, pensé que la única forma
que tenía de retribuir a ese generoso regalo, era el ser reciproco, por lo que
siempre trataba de comentar y puntuar con más uno todas las publicaciones de
amigos, compartiendo las que más me
llamaban la atención, visitando también por ello los blogs que me parecían con
contenido interesante, como refería, lamentablemente la forma en la que puedo
ahora publicar no me permite realizar esa interacción y debo disculparme por
ello.
Así
que si algún amigo nota que he dejado de dar tantos +1 o comentado sus
publicaciones les doy una sincera disculpa, la única razón es la que les he
explicado y en verdad lo lamento.
Dado
que la publicación de mi novela es ya inminente, hoy quiero comentar algunos
aspectos sobre ella.
Para
decir adiós, es una obra que pretendo editar en tres partes: Las dos Princesas,
La canción del Fénix y El Tercer Reino ó La gran guerra por venir –aún no decido el nombre final del último libro-, y
que estará acompañada de la publicación de dos libros de historias cortas sobre
el Reino Etéreo que deberán servir como enlace entre un libro y otro.
En
los cinco libros se trataran temas de fantasía por lo que podría suponerse que
ese es el género de ellas, sin embargo no me gusta el clasificar las cosas,
para mi más allá de temas mágicos, las aventuras de Löria y Montserrat tratan
sobre sentimientos.
Ambos
personajes, los principales en toda la historia, están basados en personas
reales, por supuesto que no conozco a ningún hada ni a una pequeñita dispuesta
a ir hasta el mismo infierno, pero conozco a personas cuyas vivencias están
retratadas de alguna forma en la historia a la cual únicamente he revestido de
fantasía.
Lo
que he intentado plasmar en Para decir adiós es el enorme poder del perdón,
cómo una persona que se ha impuesto pesadas cargas puede aspirar a alcanzar la
gracia y sobre todo lo difícil que es llevar el odio a cuestas en nuestra vida,
no sé si lo he logrado o no, solo quienes me hagan el favor de leerlo lo podrán
decidir, pero es lo que he intentado con todo el corazón.
Cada
uno de nosotros vamos construyendo nuestras vidas a base de sucesos y de los
sentimientos que estos nos dejan, forjando una armadura para evitar ser
nuevamente dañados, afortunadamente a algunos, la vida nos ha regalado
vivencias maravillosas pero desgraciadamente a otros más los ha llenado de difíciles
obstáculos que incluso muchas veces no han podido superar, permaneciendo atrapados
en los sentimientos negativos que estos les han generado.
Lo
que para mi resulta del todo sorprendente e inexplicable es como a algunos a
quien la vida los ha premiado, a pesar de ello viven insatisfechos y llenos de
odio, por el contrario personas que han vivido sucesos traumáticos se levantan
dicen adiós a ellos y dan amor y comprensión a otros, creo firmemente que en la
respuesta a ello está la clave para alcanzar la gracia en nuestras vidas.
Saludos afectuosos.
Uno.crea.esas.ilustraciones.y.otras.de.libre.creación.y.su.cuerpo.y.su.mente.se.cultiva.en los.5.círculos,del.proverbios.samuráis.buscame.
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