Dándole
la bienvenida a la mitad de la semana, los saludo con gran afecto, brindándoles
las gracias por acompañarme en otra ocasión en el blog de mí novela Para decir
adiós: Las dos princesas.
Hoy
quiero contarles como en algunas ocasiones la fuerza de la fantasía, traspasa
su universo para hacerse presente en el nuestro.
Cuenta
la leyenda, que cuando Joanne Rowling, escribía el esbozo de lo que sería la
saga de Harry Potter, pasaba por un difícil momento en su vida que la había
hecho caer victima de la depresión.
Para
cuando terminé de leer la hermosa saga del niño mago, recordé haber escuchado
la anécdota de los problemas de la autora y lo anterior me hizo pensar que dos
aspectos de la historia de Harry Potter podían estar basados en cierta forma en
tratamientos para padecimientos mentales.
Por mi
parte, desde los seis años padezco una enfermedad, la cual afortunadamente
ahora está bajo control, pero que en sus momentos más álgidos me hizo vivir
momentos de mucha oscuridad.
Curiosamente
parte del tratamiento de dicha enfermedad me resultó muy parecido a dos hechizos
usados por los magos del universo literario de Harry Potter, por lo que al ser un
gran aficionado a las historias de fantasía, me resultó muy fácil aplicarlos de
dicha forma.
En el
mito de Harry Potter, hay unas terribles criaturas, los dementores, quienes te
roban todos los buenos sentimientos y recuerdos que hay en tu vida, sumiéndote en
un abismo de desesperación, algo parecido a grandes rasgos a mi padecimiento, y
la única forma de enfrentarlos es a través del encantamiento Patronus en el cual manifiestas
toda la alegría y cosas buenas que rodean tu vida, por lo cual se representa
como algo que tu amas, personificado por un animal hecho de luz.
El
Patronus de Harry es un ciervo, en el cual ve representado a su padre.
Para mí,
en momentos de oscuridad, parte del tratamiento era rechazar las ideas
negativas, normalmente se usa una liga como pulsera la cual en los momentos
difíciles debes estirar para que golpee tu muñeca mientras dices “stop” como
una forma de frenar los pensamientos negativos.
Gracias
a la fantasía, yo pude sustituir la liga y el stop, por mi propio Patronus,
cuando lo necesitaba imaginaba que podía producir un luminoso, mágico y enorme
oso grizzli que jugueteaba con su pequeño osezno, alejando cualquier tristeza
en mí.
Por
supuesto el oso y el osezno, me representaban a mí y a mi pequeño hijo –en ese
entonces aún no había nacido Dana-
Espero
que lo anterior pueda servirte, si en algunas momentos de tu vida has sentido
que tu propia mente es tu peor enemigo, créeme hay mucha luz si tú dejas que
ella entre en ti.
Saludos.
Es inspirador, yo sufro de depresion; mi salida usualmente es la música, no soy capaz de escribir cuando estoy mal :(. Gracias por esta linda historia, un abrazo!
ResponderBorrarSalduos Ileana, millones de gracias por tomarte el tiempo para comentar. En mi caso es Trastorno Obsesivo Compulsivo, me sirve mucho dibujar o escribir porque hace que ocupe mi mente en ello, te deseo que vayas bien con tu padecimiento y en lo que pueda ayudar cuando estes triste, soy bueno escuchando. Cuidate
Borrar😊😊😊😘😘😘
ResponderBorrarSaludos carnalito del alma, gracias por tomarte el tiempo para visitar el blog y comentar.
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