Bienvenidos
nuevamente al blog de Para decir adiós: Las dos
Princesas, la cual en muy poco tiempo estará ya en librerías, mientras
tanto quiero compartir con todos ustedes, la historia detrás de la historia,
esperando que el camino que yo seguí pueda servirles también a otros con el
anhelo de ver publicadas sus historias.
Aclaro
que las siguiente son solo recomendaciones externadas con mucha humildad, aún
no siento que pueda estar dándole consejos a nadie de cómo se debe emprender
esta aventura por el mundo literario.
Lo
primero por supuesto fue terminar de escribir y releer continuas veces la
versión final de la historia, lo cual terminé de hacer en 2012.
Al
respecto te recomiendo no rendirte, al menos a mí durante algunos momentos me
dieron deseos de claudicar al pensar que a pesar de ser una labor que estaba
disfrutando, estaba dedicando tiempo y robándole minutos a otros sueños mucho
más alcanzables.
Por otra
parte es de suma importancia leer varias veces tú historia, lo anterior no solo
te permitirá percibir errores ortográficos y de narración, sino que te hará ser
un crítico de lo que pretendes presentar a otros, por supuesto es una tarea que
llega un momento en que puede resultar tediosa, pero es indispensable para
presentar un producto con la mayor calidad posible, así que considero que hay
que ser tenaz
y disciplinado en esta parte del proceso.
Tras mucho esfuerzo tienes tu libro
terminado y listo para ser ofrecido a una editorial o presentado al público,
sin embargo hay algo muy importante que debes hacer antes, regístralo de
conformidad a las leyes de tu país, el libro es tuyo pero necesitas legalizar
dicha situación para no llevarte desagradables sorpresas.
En México te sorprenderías de lo fácil que
resulta hacerlo, no necesitas la ayuda de ningún abogado ni gastar más allá del
pago de los derechos hacendarios, si requieres asesoría al respecto no dudes en
solicitar mi ayuda, la cual por supuesto te brindaré de forma gratuita.
Todo está aparentemente listo, ahora
viene lo realmente difícil si quieres que tu libro sea leído por otros, aquí tienes
dos caminos para elegir; la autoedición o buscar a una editorial establecida.
La autoedición te da plena libertad, el
libro será ofrecido al público tal cual y como tú lo deseas, además las ganancias
serán plenamente para ti, sin embargo, aquí vienen las desventajas.
- · Falta de asesoría profesional.
- · Los gastos corren por tu cuenta.
- · La promoción y venta dependen solamente de ti.
- · El acceso a las grandes librerías te será más difícil.
En mi caso consideré que requería el
auxilio profesional para la edición del libro y que lo quería en una versión
impresa con acceso a los grandes distribuidores, así que opte por buscar una
editorial.
Aquí viene otra elección, lo intentas
por ti mismo o buscas un representante editorial, si sigues el camino sólo
tendrás las ventaja de no tener que ceder parte de tus regalías, pero la
travesía será más ardua. Los representantes editoriales no solamente tienen
contactos con las principales editoriales sino que prestan también los
servicios de corrección de estilo y revisión de ortografía, lo que será
indispensable antes de llegar a una editorial.
Yo intenté seguir ese camino y envié solicitudes
a más de cincuenta agencias de representación literaria, debo señalar aquí que
me llamó poderosamente la atención la amabilidad con la que todas me
respondieron, la gran mayoría se negaron a considerar mi libro, pero fueron
sumamente amables y respetuosas al externar su negativa.
Hay algo aquí que debo señalar como
indispensable, la humildad.
Mantente humilde, no eres un escritor
reconocido por el cual todas las editoriales están peleando por sumarte a
ellas, ere tú quien está pidiendo una oportunidad, no son ellos los que te han
buscado.
Me tocó ver algunos mensajes de autores
noveles llenos de arrogancia enviados mediante las páginas de las agencias, en
los que prácticamente le decían que ellos les harían el favor de dejarles ver
sus escritos, señalándoles -en tono de
amenaza- que ni siquiera pensaran en robarse sus “brillantes ideas” o cuestionándoles
el porqué deberían cederles parte de sus regalías por no hacer “nada”.
El agente literario hace un trabajo muy
respetable y por supuesto debe obtener una ganancia de ello, creo que eso es
lógico y no debería necesitar más explicación, hay algunos de ellos que te
cobran por realizar un estudio profesional de tu obra –el cual te entregan por
escrito- aconsejándote que es lo que debes mejorar en ella.
El mundo editorial es muy competido y
bastante restringido, obviamente los profesionales de la edición y corrección deben
obtener una ganancia por su trabajo y no pueden “regalar” su tiempo en obras
que probablemente no tengan oportunidad de llegar a una editorial, obviamente
deben cobrar por sus servicios.
Segunda nota al respecto, por favor
cuida la ortografía del mensaje que vas enviar a los agentes y a las
editoriales, no creerías lo errores ortográficos de muchos de ellos, es tu
presentación y créeme la mayoría no se interesará por ti, si ni siquiera
tuviste el cuidado de enviar un mensaje con la mayor calidad posible.
Te comento que en este punto del camino
fue que recibí un enorme aliento para continuar dando la batalla para ver
publicada mi obra, hago un paréntesis señalando que durante todo el trayecto te
enfrentarás a difíciles momentos de desanimo, los primeros de ellos llegaron
para mí cuando en una rustica auto edición impresa les regalé a varios
familiares mi obra, debo decir que la mayoría de ellos relegaron el libro en un
estante a dormir el sueño de los justos.
Aquello fue un duro golpe, yo consideraba
haber hecho una obra interesante en la que dejé parte de mi alma en cada
palabra pero ni siquiera había podido despertar el interés de mi propia familia.
Por supuesto hubo sus muy honrosas
excepciones, mi madre y una tía que me adora como a sus propios hijos, las que prácticamente
devoraron el libro y lo compartieron con
cuantas personas pudieron, sin embargo aquello no fue suficiente aliciente para
mitigar la decepción de no haber generado esa misma emoción en todos, puesto
que consideré que el sentimiento con el que ellas recibieron mi obra era producto más
del inmenso cariño que sienten por mí, que de la probable calidad de mi escrito.
Sin embargo así como había topado
contra la pared de la decepción, llegaron los primeros alicientes, dos de mis
sobrinos de en ese entonces nueve y diez años, recibieron el libro con un ánimo
inusitado para gente de la generación electrónica y pronto me externaron su
amor por mi historia y sus personajes, un niño más a quien desgraciadamente no
conozco personalmente y al que la tía a la que antes hice referencia le prestó
el libro, se apasionó de tal forma con el relato, que en un proceso de
enfermedad solo aceptaba ser medicado si entretanto le seguían leyendo mis
historias.
Uno de mis hermanos, de nombre Daniel,
quien a pesar de ser cómplice de vida y febril compañero de pasiones como el
cine y los cómics, es también uno de mis más estrictos críticos, a quien
habiendo presentado en otras ocasiones otras historias y dibujos me había
señalado con la crudeza necesaria que aquellos no tenían la calidad necesaria
de un trabajo profesional, en esta ocasión al terminar de leer Para decir
adiós: Las dos Princesas, no me hizo comentario alguno, pero en sus ojos se
dibujó una expresión como señalándome ¡Esto es realmente bueno!
Lo anterior fue combustible puro para
seguir peleando por mi sueño y otra bocanada de esperanza llegó cuando recibí
la respuesta de dos agentes editoriales, debo decir que finalmente ninguno de
ellos decidió representarme pero el solo hecho de sus respuestas y considerarme
por un momento, fue un enorme aliciente.
El primero de ellos fue de Saint Jordi
Asociados, agencia que representa a Paulo Coelho, en la que con suma amabilidad se
me respondió que se consideraba mi obra, pero que la carga de trabajo que tenían
con el autor brasileño, era de tal magnitud que no les permitía tomar la representación
de otro escritor, algo muy entendible para los representantes del autor más
vendido en el mundo.
Es como si fueras un músico buscando un
representante y el agente de Katy Perry y Taylor Swift te respondiera dándote ánimo.
El siguiente mensaje fue de la agencia
de Carmen Balcells, en la cual no solo me respondieron sino que me solicitaron
el libro para leerlo y considerar si era lo suficientemente bueno para
representarme, por supuesto lo envíe y al final no se consolidó nada, pero es
importante mencionar para aquellos que no lo saben que la agencia de Carmen Balcells
fue una de las grandes responsables del boom de la literatura
latinoamericana y entre sus
representados están o estaban entre otros Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa, Julio Cortázar, Carlos Fuentes, Pablo Neruda, Miguel Delibes, Álvaro Mutis, Camilo José Cela, José Luis Sampedro, Terenci Moix, Juan Carlos Onetti, Alfredo Bryce Echenique e Isabel Allende.
Nuevamente usando el ejemplo de la
música, sería como ser considerado para una audición por el representante de The Beatles, Bob
Dylan, Queen y Rolling Stones. Animo puro para seguir combatiendo por mi sueño.
Ahora con más razón no me rendiría, así
que decidí tocar las puertas de las editoriales.
Por azares del destino, visitando una
librería me tope con dos libros de los cuales me llamaron la atención sus
portadas y el nombre de una editorial que hasta ese momento desconocía, Endira.
Pronto los contacté, con enorme
amabilidad aceptaron leer mi obra y en febrero del año que viene estará en
aparadores.
En editorial Endira no solo tienen una
visión artística sino que la combinan con el aspecto comercial, es por ello que
su esquema se basa en comprometer al autor en volverse un agente activo de
promoción y ventas.
Esto se da desde el contrato de edición
en el que el autor se obliga voluntariamente
a adquirir un determinado número de libros de su propia obra – los cuales por
supuesto podrán ser vendidos por el autor- en mi caso son 250 libros que debo adquirir.
Quizá el esquema no es para todos los
gustos, pero a mí me viene bien, el primer tiraje de mi obra será de 2000
ejemplares y yo debo vender 250, lo cual no me parece un mal trato.
Obsérvalo desde este punto de vista, si
ni siquiera puedes vender ese número de ejemplares de tu obra, entonces deberías considerar que la misma no es viable comercialmente.
Así es como yo asumí el riesgo junto
con la editorial, y como pronto espero que muchas personas le brinden una
oportunidad a Para decir adiós: Las dos Princesas.
En Endira Literaria están abiertos a
las propuestas de nuevos autores, contáctalos, platica con ellos y quien sabe quizá
tú seas el próximo autor publicado por ellos, aquí en el Blog esta el enlace a
su página, por favor inténtalo no pierdes nada.
Quiero finalizar señalándote algo si tú
compartes el sueño de publicar, se humilde, persistente, disciplinado y sobre
todo no te rindas.
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