Muchas gracias por estar nuevamente
visitando este espacio de mi novela Para decir adiós: Las dos Princesas, no
tengo como agradecerles la amabilidad de leer lo que publico.
Va la siguiente historia para ilustrar
un punto.
“Había un vendedor de tijeras que pensó que sería buena idea ingresar al
“Ilustrísimo Club de Caballeros con Bigotes”, sabedor que todos los miembros de
tan distinguida asociación usaban los artefactos que el comerciaba para
arreglar sus preciados vellos faciales.
Así que con gran ilusión, el comerciante se presentó hasta la asociación
para solicitar su ingreso.
El caballero que amablemente lo recibió, le señaló que el único requisito
para ingresar el Club era contar con un prominente y arreglado bigote, sin
embargo al vendedor aquello le pareció ridículo y discriminatorio puesto que algo
que el aborrecía era dejarse crecer el vello facial.
Por más que el vendedor rogó que se hiciera una excepción, jamás fue
recibido en el club y se alejó de ahí quejándose de lo absurdas que eran las
reglas de convivencia en el Ilustrísimo “Club de Caballeros con Bigotes”
Hoy deseo platicar con todos ustedes de
un tema que me ha llamado poderosamente la atención tanto en Facebook como en
Google +, que son las redes sociales que por el momento he estado usando para
publicar y promocionar el lanzamiento de mi novela.
En ambas he notado quejas que se
repiten por parte de varios usuarios.
Las inconformidades que he leído y que más
me han llamado la atención son las siguientes.
- · La escasa calidad de las publicaciones que consiguen más” me gusta” y “+”.
- · Que una gran cantidad de escritores nos dedicamos a publicar diariamente contenido pero son escasos los que se toman el tiempo para leer al resto y mucho menos para adquirir sus libros.
- · El acoso hacía las escritoras.
- · El que algunas personas te piden su amistad y de inmediato te están pidiendo que le des me gusta a su página.
- · Escritores profesionales que se quejan de que en estos tiempos cualquiera escribe.
Respeto la opinión de cada uno sin
embargo muchas de las quejas me parecen sin fundamento, en esta entrada hablaré
de dos de ellas y espero continuar el miércoles con el resto.
Empezaré con dos de las que creo no están
justificadas.
Como en la narración inicial, si
nosotros pretendemos entrar al club de los bigotes, lo lógico es pensar que
tendremos que aceptar las condiciones impuestas en las relaciones sociales
entre los miembros de dicho club, si
dichas normas escritas y no escritas, no nos gustan, somos libres de marcharnos
en cualquier momento.
Me cuesta creer que alguien en realidad
piense que en Facebook lo que te solicitan
es genuina “amistad” como para después indignarse
porque al poco tiempo te solicitan que
le des “me gusta” a su página.
En Facebook, en mi concepto, no se
hacen amigos, se hacen relaciones.
La amistad se hace con el tiempo y principalmente con las
personas que conoces cara a cara, con las que tienes la dicha de compartir intereses
y deseos comunes y se los manifiestas principalmente de viva voz.
El concepto de “amistad” está ahora tan
devaluado, que hay personas que llaman amigo a los 10000 contactos con tienen
en redes sociales.
En verdad, es posible, para un
individuo tener 10000 amigos reales, y no me refiero por supuesto a conocidos,
sino a personas a las que realmente conoces, aquellas sobre las que sabes sus anhelos
y preocupaciones, con las que has
compartido invaluables experiencias de vida y sobre todo, seres humanos en los
que confías plenamente y que estarán ahí incondicionalmente para escucharte y
para ser escuchados.
Eso es para mí un amigo.
Es por ello que no veo sentido en
quienes se indignan porque una persona a la que acaban de conocer en Facebook y
a la que por las reglas de la misma red social denominan “amigo”, les pide que
le den “like” a su página.
Eso para mí es no conocer las reglas
del juego.
De igual manera es no conocer las
reglas del juego preocuparte en demasía por que tus publicaciones de “calidad”
no consiguen tantos “like” y “+” como aquellas en las que notas que no media ningún
esfuerzo creativo.
Comprendo el que a veces puede ser
desmotivante el ver como un simple meme, en la mayoría de las ocasiones ni si
quiera hecho por quien lo publica, consigue más de cincuenta interacciones a través
de “+” y “like” y tu publicación, en la que te quebraste la cabeza para
presentar algo novedoso y original, apenas consigue una interacción, pero esa
es precisamente la forma en la que funcionan las redes sociales.
En las redes sociales, reina lo
inmediato, lo efímero, aquello que puedo ser visto y digerido en segundos, para
dejarnos el tiempo suficiente para pasar al siguiente tema y lograr “enterarnos”
de todo en poco tiempo para poder visitar la siguiente red social.
Un meme se lee en segundos, a un
poema o un cuento hay que dedicarle
minutos, en las redes la mayoría de las personas no quiere pasar tanto tiempo
en una sola publicación.
Por supuesto que en ese andar se
encuentran personas diferentes –las menos-
que te dedican minutos de su valioso tiempo para leer lo que publicas.
Es a ellas a quien a mí en lo
particular me interesa llegar y por eso trato de medir el éxito de mis
publicaciones no en los “likes” y “+” sino en las entradas al blog, puesto que
quien ingresó a él, se tomó el tiempo necesario para leer y se interesó no solo
en una foto o meme que digeriría efímeramente, sino que se deleitaría lentamente
compartiendo un escrito hecho con el corazón.
Agradezco de toda corazón a las
siguientes personas por su enorme generosidad y por estar puntuando
continuamente con +, mis publicaciones en Google +, mil gracias a todos ustedes
por regalarme su tiempo.
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