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lunes, 21 de septiembre de 2015

El primogénito.




Buen día este es un cuento muy corto de ciencia ficción con el cual participé en un concurso organizado por la radio estatal el año pasado, espero les guste.


Era febrero, gélidos vientos azotaban las partículas de variopintos elementos de polución en contra de las instalaciones del proyecto Noah, creado hacia ya 10 años como un organismo multinacional, eso fue cuando la humanidad se rindió y consideró viable la propuesta de la Dra. Amélia Pereda, astro bióloga portuguesa que por años promovió su otrora ignorada tesis de salvación.

Su propuesta era simple y para algunos científicos denostada por ser más cercana a la ciencia ficción que a la alarmante realidad que enfrentaba la raza humana, la  verdad era que ellos no querían aceptarla solo por orgullo, puesto que el grito de auxilio que representaba era un grito manifiesto a su derrota.

A través del proyecto Noah (Noé en hebreo)  se enviaron incontables naves a recorrer nuestra galaxia, cada una  llevando un solo pasajero, el más potente transmisor de ondas creado por el hombre, radiando permanentemente una llamada de auxilio dirigida a nuestros hermanos mayores en el universo.

El origen del fin vino en 2028 con la llamada “Guerra Negra”, desesperada al evaluar sus nulas posibilidades de victoria, la Gran Confederación Islámica hizo arder la tierra, quemando la integridad de sus reservas petroleras, entonces un oscuro invierno asoló al planeta por meses, sin embargo contra todo pronóstico la humanidad prevaleció, la energía solar y la fisión nuclear proporcionaron energía barata y renovable para todos, no hubo más gestas por el petróleo, pero en 2042 se originó la “Primer Guerra Liquida”, ahora el recurso más codiciado era la escasa agua en el planeta, tras tres guerras hubo una exigua tregua.

Era tarde, el planeta había pagado un alto precio, países enteros eran ya inhabitables, pero tenían aún recursos naturales que brindar, entonces mediante ingeniería genética se creó a los “Antropomorfos”, seres con características animales para llegar a territorios que para el hombre ya estaban vedados.

Los antropomorfos fueron explotados cruelmente, hasta que reclamaron sus derechos con violencia, entonces llegaron las “Guerras bestiales”, por primera vez la humanidad se unió ante un enemigo común, al borde de la derrota el “Frente Humano” emitió un brutal ataque a través de un virus que destruiría al enemigo, la microscópica espada blandida por el hombre fue incontrolable, atacó primero a las abejas, ese fue solo el primer eslabón de la cadena, sin abejas no hubo polinización y sin ella pronto perecieron otros seres vivos, hasta que finalmente solo quedaron en pie los primates. 
          
Para el año 2061 el planeta era tan solo un páramo, la ciencia buscó la solución pero era ya demasiado tarde, fue entonces que la Dra. Pereda señaló lo evidente, el hombre no podía encontrarse solo en la vastedad del infinito universo,  allende nuestras estrellas se localizaba un hermano mayor, el cual si lo llamábamos podría venir en una gigantesca arca a salvarnos para llevarnos con él a recorrer el universo. Desde el día que se fundó el Proyecto Noah se venía suplicando vanamente por auxilio.

En su oficina ubicada en el segundo subnivel del Proyecto Noah, mientras revisaba los monitores en búsqueda de un indicio de respuesta, el Dr. García Sánchez se preguntó una vez más el por qué la ayuda estelar no había llegado, entonces tras unos minutos de reflexión, como una larva que comienza a crecer, una idea se instaló en su mente: 

La civilización contaba con más de diez mil años de registros históricos pero en ninguno de ellos había una sola prueba fehaciente de una visita extraterrestre.

Sin embargo tan apabullante verdad no era suficiente para descartar el que en un universo infinito la vida se hubiera producido en más de un planeta, entonces como un fulminante  rayo, la verdad azotó al Dr. Nicolás García, aniquilando cualquier vestigio de  esperanza en su corazón.

El hombre era el primogénito.

Por supuesto existía vida en otros planetas circundando lejanas estrellas, pero ésta estaba representada por  bacterias o a lo mucho  vida inteligente que no había llegado más allá de la edad de piedra o apenas iniciaban su revolución industrial en base al vapor. 

Entonces una lágrima se deslizó por la mejilla de Nicolás García Sánchez al momento en que se percató que para la humanidad existía un deber escrito en las estrellas, un glorioso destino al llevar la luz de la ciencia y el conocimiento a nuestros hermanos en otros planetas en lejanas galaxias.


Desde nuestro origen estábamos destinados a alcanzar las estrellas y  ahora esperábamos perecer, inmersos en el fango de nuestra mezquindad. 


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