Bienvenidos.

Este es un espacio creado para tener interacción con todas aquellas personas que se interesen en la novela Para decir adiós: Las dos Princesas, publicada por Editorial Endira, la cual se encuentra a la venta en librerías de México y en todo el mundo mediante Paypal en compra directa aquí en el blog.

martes, 21 de febrero de 2017

"Entre sombras y crepúsculos" Primera parte





Bienvenidos de nueva cuenta al blog de mi novela de fantasía Para decir adiós: Las dos Princesas, respecto a la cual con gran alegría les comento que Endira Editorial me informó la semana pasada que había sido por fin enviada a la imprenta, si bien no será posible tenerla disponible en el transcurso de este mes, con toda seguridad estará a la venta el próximo mes de marzo, en México en librerías como Sanborns, Porrua, El Péndulo, el Sótano y Liverpool, y en todo el mundo vía Amazon y mediante Paypal aquí mismo en el blog,  para todos aquellos que me honren adquiriéndolo en este sitio tendrán además el plus de recibirlo dedicado para la persona que ustedes elijan.

Les dejo aquí la portada del libro de un compañero de Endira Editorial, con el cual compartiré la presentación de mi libro en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara 2017, en cuanto tenga el enlace de venta y una reseña del mismo la comparto con ustedes. 



Usualmente todos queremos ser únicos y especiales, para algunos dicha necesidad es más fuerte e incluso llegan a criticar y odiar per se  todo aquello que tiene el favor de las “masas”. Al denostar la música, cine, literatura y cualquier otra expresión del arte que ha llegado a un público masivo, los críticos sienten inalterado su status quo de singularidad.

De tal forma para muchos, popular es sinónimo de malo, vulgar y de poca calidad, puesto que para ellos es inadmisible que su refinado gusto pueda equipararse al del resto de la humanidad, por supuesto que entre la música, literatura y cine de consumo masivo existen innumerables casos de productos confeccionados especialmente para ser efímeros y contribuir solamente a engrosar las cuentas bancarias de sus creadores, sin embargo hay casos en los que también convergen la calidad y la aceptación popular.

Sin embargo no es de esos casos de lo que quiero comentar en esta ocasión, sino del inestimado  talento de contactar con el gusto y preferencia de la mayoría.



En México tenemos una historia en son de broma que va más o menos de la siguiente manera:

“Un padre muy preocupado por la falta de interés de su primogénito en los estudios, lo reprende fuertemente cuestionándole a qué es lo que él aspira en la vida.

Con decisión en su respuesta el joven le dice:

-Cuando sea grande quiero ser un pendejo.-

El padre se queda atónito ante la respuesta de su hijo, y tras unos segundos de inmensa sorpresa, le dice furibundo:

-¿Cómo es posible que me digas eso, acaso ese es el ejemplo que te he dado?-

El adolescente asiente con seguridad diciéndole a su padre:  

-En cada ocasión que vemos  a una persona con un auto deportivo último modelo, tú refunfuñas:

¡Mira a ese pendejo!

Cuando vemos a alguien que ha viajado al extranjero, tú murmuras entre dientes:

¡Vaya nada más  a ese pendejo!

Y el otro día que encontraste a tu ex compañero de universidad, él que se ha casado con una rubia de cuerpo espectacular, tu dijiste:

¡Quién lo diría de este soberano pendejo.¡

Es por todo eso que lo que más deseo es ser un pendejo.-

Más allá de los falsos valores de éxito plasmados en el cuento anterior, lo cierto es que hay personas para las que el césped de su vecino siempre será más verde. Es sumamente difícil aceptar el éxito ajeno, por lo que de inmediato trataremos de justificarlo con hechos negativos o simplemente terminar calificándolos de “pendejos”.

Cegados por la frustración de no tener lo que nuestro vecino tiene dejamos de apreciar que seguramente en algunas personas hay un talento o cualidad que a nosotros nos falta.

Créanme por favor, soy totalmente honesto en lo que diré a continuación, por supuesto que me costó años entenderlo:

A medida que he ido madurando he dejado un poco de lado la envidia. Me he encontrado con personas que he conocido a lo largo de mi vida, a las que yo consideraba menos inteligentes, menos capaces y menos talentosas y sin embargo han tenido mayor éxito material que yo, quizá tienen un mejor auto, una mejor casa o un mejor trabajo, sin embargo he superado los celos que eso pudiera ocasionarme, y no crean que es por pensar como un natural medio de defensa:

“Ellos tienen dinero, pero yo soy feliz con mi familia unida” 

ó

El tiene ese auto pero ¿qué habrá tenido que sacrificar para ello?

La rabia que provoca el éxito ajeno no ha sido superada por la justificación mediante un mecanismo de compensación, sino por la comprensión y aceptación de que ellos tienen un talento que yo no.

Probablemente no sean los más inteligentes, ni los más preparados, ni los más talentosos, pero saben venderse bien y esa es la causa de su éxito.

El poder lograr una conexión de empatía y “gustarle” “agradarle” o “hacer que nos crean”  no es una especie de suerte sino un talento especial, que algunos tienen y otros no tenemos.

Cuando en el trabajo no logramos una promoción y por el contrario se la brindan al compañero que consideramos flojo e incapaz, normalmente solemos señalar que fue solo por nepotismo, amiguismo o incluso porque ellos cedieron a algún tipo de comercio carnal –por supuesto que se dan esos casos- pero normalmente dejamos de apreciar que quizá esa persona que logró el ascenso, por el contrario que nosotros, tiene la habilidad de hacer creer a los demás que su trabajo más que  necesario  resulta indispensable, esa facultad es un talento por incomodo que pueda parecernos a los que tenemos que esforzarnos el triple por lograr los mismos resultados.

En el mundo del arte se da lo mismo, creadores que a pesar de ser socavados por la crítica especializada y tachados de faltos de talento, tienen esa particular habilidad de conectar con un gran público, la habilidad de venderse bien y créanme por fácil que pueda parecer no es algo que pueda copiarse o conseguirse tras seguir los pasos de un manual, si así fuera todos los que estamos en este mundo batallando día a día conseguiríamos vender miles y miles de nuestras obras con facilidad.  



Las autoras de las a veces ninguneadas sagas de Crepúsculo y Las sombras de Grey, tienen ese particular talento que les permitió conectar con cientos de miles de personas que no solo disfrutaron sus narraciones sino que piensan que sus obras son lo máximo en el mundo de la literatura, incluso hay quien gracias a sus novelas tomó por primera vez un libro. 



Más allá del valor literario que ambas sagas puedan tener –el cual no me corresponde a mí discutir-  tanto Stephenie Meyer como E. L. James tuvieron esa capacidad de escribir algo que estableció un nexo entre sus creaciones y sus incondicionales seguidores.

Más allá de convertirme en un crítico más – de obras que por cierto ni siquiera he leído-  debo reconocer que ambas autoras cuentan con ese invaluable talento de saberse vender.




Este artículo continuara...  


2 comentarios:

  1. A veces hay gente que cae en gracia y se sabe vender. Yo estoy preparando una novela para sacarla y no se si tendrá éxito o no, pero como la he escrito la voy a editar, después ya veremos. Un abrazo

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  2. Te deseo un gran éxito querido amigo J.F.Dominguez
    Saludos🌷🦋

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