Bienvenidos.

Este es un espacio creado para tener interacción con todas aquellas personas que se interesen en la novela Para decir adiós: Las dos Princesas, publicada por Editorial Endira, la cual se encuentra a la venta en librerías de México y en todo el mundo mediante Paypal en compra directa aquí en el blog.

jueves, 16 de febrero de 2017

Viviendo del aplauso, las musas pueden ser crueles.






Nuevamente es un placer poder saludarles y ante todo agradecerles infinitamente su generosidad para con mis letras, la entrada anterior a esta que hoy me hacen el favor de leer, “El pequeño Kinkonato, recuerdos de mi niñez.”, casi llega a las 900 visitas, lo cual tiene mucho valor para mí porque en ella les hable del personaje primigenio que tuve la oportunidad de crear en los primeros años de mi infancia, por lo que agradezco su interés en aspectos tan personales y los cuales yo atesoro, mil gracias amigos, es para mí en verdad invaluable.

En la pasada navidad, de visita por mi pueblo acudí a una plaza comercial en la que se presentó un mago, encontrándome ahí con mis hijos y sobrinos tuvimos la oportunidad de disfrutar del espectáculo gratuito que se presentaba para todos los que nos encontrábamos en el área de comida rápida, al final de la presentación el prestidigitador utilizó una frase que seguramente ustedes han tenido también oportunidad de escuchar:

“El artista vive de los aplausos”

Sin embargo la remató diciendo:

“Pero con los aplausos no pago ni la luz, ni la comida, así que toda propina será bienvenida”

Aquello me hizo pensar en lo injusto que a veces puede ser el arte.

Un creador hace su labor artística porque es una necesidad inherente en él, es más que probable que en la materialización de su arte no busca una compensación económica sino la recreación de su espíritu, por supuesto eso es sublime, pero como decía el mago, con eso ni se pagan los servicios básicos, ni las colegiaturas ni la comida.



De tal forma vino a mi mente uno de los creadores que más admiro, el “Rey” Jack Kirby, pocos artistas han influido y revolucionado el mundo de los cómics como él lo hizo y sin embargo por injusto que parezca, todo su arte no le redituó en nada económicamente. Dada la época, los derechos de sus creaciones se quedaron en manos de las compañías y el rey no obtuvo regalías por ellos, por lo que sus últimos años de vida los pasó con la admiración de todos pero con penurias económicas.



En contraste, allá por los noventas del siglo pasado, también en el mundo de los cómics, se vivió una revolución por medio de la cual los creativos más populares del momento se separaron de las grandes editoriales y fundaron su propia compañía en la cual conservaban los derechos y las ganancias por todos sus personajes.

En esa época un jovencísimo creador llamado Rob Liefeld se hizo muy popular, a pesar que sus ilustraciones tenían enormes carencias, se encontraban fuera de toda proporción anatómica  y solía dibujar músculos inexistentes  más allá de toda exageración heroica. El joven de no más de 20 años incluso vendió licencias de sus creaciones a la compañía de Steven Spielberg para proyectos de películas que nunca se crearon, por ende el joven Rob se volvió millonario y hasta la fecha sigue viviendo comodamente de sus ganancias de aquella época sin tener prácticamente que seguir trabajando.




Jack Kirby pasó sus últimos años con grandes dificultades, la artritis en las manos  no le permitía dibujar cómodamente, sin embargo, el gran maestro tenía que hacerlo para poder solventar sus gastos primarios.

De todo lo anterior me han surgido las siguientes interrogantes que comparto con ustedes.

¿Qué es realmente el éxito?

¿Qué es más importante, el reconocimiento puramente artístico o el económico?

¿Pueden los dos compaginarse y permitir a un autor destacado vivir cómodamente de su obra?

Para nuestra sociedad actual el éxito se palpa según los logros económicos, es usual pensar que una persona ha logrado mucho en su vida al tener un auto deportivo de lujo, una enorme casa y viajar repetidamente. Para otros –los menos- el éxito no se mide por el alcance monetario sino por logros personales: una carrera profesional, reconocimiento de los colegas o público, para otros –un grupo aún más reducido- la satisfacción viene de una situación anímica y familiar estable y duradera.  



Por supuesto que hay casos que demuestran que dos o incluso todos esos aspectos pueden converger en una persona, los creadores de las sagas de Harry Potter y Canción de Hielo y Fuego, no solo gozan de un reconocimiento por su labor artística sino que la misma se ha traducido en enormes ganancias monetarias, en otro extremo del espectro están las creadoras de sagas como Crepúsculo o las sombras de Grey, a quienes se les ningunea el alcance artístico de su obra pero que han amasado enormes fortunas por ellas.

Es en esos últimos casos por lo que he pensado mucho en los últimos años del gran Jack, ¿habrá pasado alguna vez por su mente la idea de cambiar todos aquellos halagos por un poco de plata?

Volvemos al prestidigitador del inicio:  

“El artista vive de los aplausos, pero con los aplausos no pago ni la luz, ni la comida”



Muchos referentes del arte universal han pasado penurias económicas, varios de ellos murieron en la miseria, algunos ni siquiera pudieron saber la magnitud que tendría su obra para la posteridad, ¿será posible que en esos momentos de penurias habrían cambiado todo ese reconocimiento venidero por algunas monedas?

Es más que probable que poco le importe a E.L James y  Stephenie Meyer lo mal que críticos y estudiosos de la literatura traten a su obra, puede que tampoco les haga mella el saber que son productos temporales que no pasaran a la historia de la literatura, sin embargo en el efímero paso de sus vidas, su historias mucho les habrán redituado a sus creadoras. Que un trabajo intelectual, por limitado que pueda ser, le reditúe  económicamente a su autor por supuesto por supuesto que es más que justo, pero que otro autor con mayores alcances artísticos no pueda gozar de al menos lo básico ya nos hace ver que hay algo que no esta bien. 

No he podido dejar de pensar en mi padre, un excelente abogado penalista, que no tuvo el reconocimiento económico que sus conocimientos ameritaban, como siempre lo dice mi madre:

“Tu padre nunca supo cobrar"

El era feliz con el alto concepto que de él tenían sus colegas, disfrutaba el halago y el reconocimiento verbal cuando demostraba a otros abogados que lo contrataban para maquilarles trabajo, que sabía y podía más que ellos.

Ellos cobraban grandes sumas –a pesar de sus escasos conocimientos jurídicos-    y mi padre recibía muy poco de aquello, sin embargo era feliz porque tuvieron que acudir a él y a sus conocimientos, a él le gustaba vivir de los aplausos y  mi madre siempre le riñó por ello.

Termino con lo que comencé, no soy un mercader, ni un materialista pero me hubiera encantando que mis héroes Jack “El rey” Kirby y mi padre,  hubieran gozado de un poco de la fortuna que ha sido alcanzada por creadores y abogados muy limitados e incapaces de compararse con su grandeza.


En el caso de Jack, él se ha llevado los aplausos para toda la historia, pero ellos no le  pagaron ni un trozo de pan.  


6 comentarios:

  1. Amigo solo unos pocos pueden vivir de sus glorias porque tienen un golpe de suerte. Los artistas tenemos que trabajar porque nos gusta. Si eres creativo puede que tengas suerte o no. Yo pronto voy a sacar un libro y no creo que me haga rica por vender. Pero una vez de que lo escribes que haces. Lo dejas en un cajón pues no, sea bueno o malo hay que mostrarlo, alguien lo leerá. Un abrazo

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Muchas gracias por leer el artículo y por tomarte el tiempo para comentar, te deseo más éxito con tu libro, el simple hecho de concluirlo y publicarlo es en sí un triunfo, saludos.

      Borrar
  2. Me hace sentir mal , que todos los que tenemos blogs y creamos historias , dibujos , poesía y demás amamos lo que hacemos pero cuando eso se convierte en números , podemos perder el norte por completo. Ya sea por visitas , me gustas o dinero. Yo, no considero que mis historias vayan a ser publicadas algún día , pero ¿sabes? el proceso de creación , es como una inyección de adrenalina para mi. Siempre me ha gustado escribir , pero el que vale y tiene suerte consigue valores monetarios eso está claro. Por otra parte , me da vergüenza que aquí en España solo se valoran a aquellos que han tenido roce con el otro lado del charco. Eso me repatea y me entristece, no sabes cuanto. Tus palabras me han hecho pensar , reflexinar y sobretodo , animarme a escribirte por que aunque no te deje comentario te leo , es solo que soy vergonzosa y a veces me abstengo de escribir. Muy buena entrada, Saludos !

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Millones de gracias por leerme, tienes mucha razón en lo que dices, es demasiado fácil sucumbir ante la necesidad de aprobación, manifestada por likes o +, incluso se puede llegar a dejar de lado cosas más importantes por conseguir más audiencia o ventas. La creación puramente es un triunfo, dejar atrás los miedos y el enfrentar el desafío que constituye una hoja en blanco. Saludos

      Borrar
  3. Bueno, puede que no fuera millonario, pero consiguió grandeza. ¿Cuántos millonarios de su generación serán recordados? Es cierto que el dinero es importante, bueno lo importante es la ausencia del mismo, pero la eternidad no se consigue con ello. Y eso es lo único que pervive tras la muerte. Kirby fue un dibujante grandioso, su 4 Fantásticos con Stan Lee a los guiones fueron una obra de arte. Nadie conseguía plasmar puñetazos como él, nadie ha dibujado armas y naves espaciales como él... Bueno tiene dos debes, era un desastre dibujando caras femeninas y su diseño del traje de Spiderman fue muy malo, por suerte para Stan Lee, Steve Ditko anduvo inspirado. Otro autor que habiendo creado a uno de los personajes que más pasta ha generado dudo que se llevara demasiado. Pero bueno, lo que he comentado, de ellos nos seguiremos acordando pero de los ejecutivos que se forraran vendiendo los derechos no. Saludos!

    ResponderBorrar
  4. Muy buen reflexión. Yo creo que el proceso creativo no está reñido con buscar un éxito económico, pero es complejo, más en estos tiempos donde lo efímero reina. Y donde la chabacanería sustituye la calidad. La ocurrencia le gana a la idea y la imagen al fondo.

    ResponderBorrar