Bienvenidos.

Este es un espacio creado para tener interacción con todas aquellas personas que se interesen en la novela Para decir adiós: Las dos Princesas, publicada por Editorial Endira, la cual se encuentra a la venta en librerías de México y en todo el mundo mediante Paypal en compra directa aquí en el blog.

miércoles, 11 de mayo de 2016

Agradeciendo con más dibujos



Les deseo un excelente miércoles, muchas gracias por estar nuevamente de visita por aquí.

Hoy hago entrega de unas ilustraciones que tenía pendiente desde hacía ya un buen rato.

La primera de ellas es para Laura Salinas y se trata de un dibujo de Elsa, la reina de Frozen.



Intenté hacer una versión diferente de Elsa, más como un dibujo de Marvel comics que de Disney, pero si mi buena amiga Laura desea la versión original de Disney puedo hacer otro con mucho gusto.

El siguiente es para Ángel Lobo Blanco y se trata de Remi.



No creo que haya alguien que haya sido niño a inicios de los ochentas que no haya llorado con la trágica historia de Remi.

Aún recuerdo la tonada:

“¡Capi dirá si es que no digo la verdad!
Capiii.
Tun tun tun tun tun caminar juntos por el camino.”

Quedó pendiente con la ilustración para Alba Jiménez, de hecho ya la había concluido pero al final no me gustó así que la haré de nueva, es que Alba me la puso un poco difícil. 

Si quieren una ilustración solo basta solicitarla por este medio o por redes sociales, prometo ahora no tardar tanto en la entrega.

Saludos


martes, 10 de mayo de 2016

Oda a mi madre.





Feliz día de las madres para todas, especialmente para aquellas que incluso en este día me hacen el favor de visitar el blog de mi novela Para decir adiós: Las dos Princesas.

Tal como ocurre cuando una persona ha fallecido y se crea una visión perfecta y romántica de lo que fue su vida, a veces parece que lo mismo ocurre respecto a la maternidad, como si el simple hecho de engendrar fuera un logro y no un aspecto biológico que incluso se comparte con el resto de los animales.

Ser madre va más allá de simplemente traer hijos al mundo y no cualquiera mujer que lo hace, es en mi consideración digna de ser llamada MADRE.

Tal cual como por supuesto ocurre con los padres  -por supuesto con mucho más frecuencia- hay mujeres que únicamente tienen hijos porque no supieron o no quisieron usar métodos anticonceptivos, pero en su seno no se encontraba una verdadera vocación por ser madre.

Es totalmente valido que una mujer no quiera tener descendencia, eso no la hace ni más ni menos mujer, ni tampoco condicionará su éxito y felicidad en la vida, eso por supuesto es una decisión personal y acorde a las circunstancia de vida de cada quien.

A mi forma de ver lo que no es correcto es tener hijos, solamente por tenerlos, por cumplir un requisito o para exhibirlos como trofeos y ser invitadas a fiestas y demás convites sociales en los que para asistir pareciera indispensable tener niños.

En el transcurso de mi vida he conocido a muchas mujeres que tuvieron hijos porque parecía una consecuencia lógica en su vida, no porque hubiera un genuino deseo de hacerlo, una verdadera vocación.

En cierta forma esas madres destruyen la vida de sus hijos, y cómo no lo van a hacer , si esas pequeñas y nuevas formas de vida destruyen también las suyas, por un buen tiempo no habrá fiestas, la escuela y el trabajo se complicarán y ni hablar de la vida con la pareja, es por ello que muchas terminan cediendo el cuidado de sus hijos en los abuelos o en otras personas o en el peor de los casos maltratando a los pequeños.



Sin embargo en el espectro esta también el lado opuesto.

Ser madre es un verdadero apostolado que  las mujeres que lo han aceptado por convicción llevarán por toda la vida, a ellas está dedicado este post y de manera muy especial a la mujer que por fortuna de la vida me tocó como madre.

Ni yo he hecho perfecta su vida, ni ella –y no es que no lo haya intentado- hizo perfecta la mía, pero así son las relaciones humanas y si de algo estoy seguro es que en lo que ella se haya equivocado respecto a mi, lo hizo por amor.

Soy un enemigo jurado de ventilar toda la vida en Facebook o en otras redes sociales, al tipo de tener que publicar cada instante de mi vida o de tener fotos de mis hijos como perfil con la leyenda “la razón de mi vida”, cuando quiero decirle algo a alguien se lo digo en privado, es decir, usualmente si le voy a decir a mi esposa en nuestro aniversario que la amo, lo hago directamente y no mediante una red social para hacer que la familia y amigos se enteren de lo “inmenso” que es nuestro amor.

Por ello parecería ilógico, que haga una entrada dedicada a mi madre cuando lo que voy a escribir aquí se lo puedo decir directamente, de hecho de alguna u otra forma ya se lo he dicho, con palabras, con miradas y con creo que con hechos, sin embargo con la edad he entendido que para algunas personas es mas bello que se los digan por otros medios.

Va una anécdota que para mi historia personal ilustra lo anterior.

Hace ya varios años cuando mi padre aun estaba con vida, acudimos a casa de mi abuela paterna a un convivio por el día del padre, a media fiesta una de mis primas se puso de pie con lágrimas en lo ojos y dijo a viva voz, que quería felicitar en ese acto a su madre porque ella había sido para ellos “Madre y padre a la vez”,  casi todos festejaron con gran alharaca el “bello” gesto de mi prima.

Sin embargo resulta –y sin juzgar la vida de nadie- que aquello no había sido tan cierto, mis primas vivieron toda su infancia con mis abuelos, porque por distintas razones su mamá no los pudo cuidar, es decir quienes fueron sus verdaderos padres fueron mis abuelos.

El punto es que de regreso a casa mi madre, me reclamó porque yo no había tenido ese gesto con ella, cuando ella siempre había estado con nosotros, por supuesto mi respuesta fue para mi la más lógica “Yo tengo un padre”.

Ese día comprendí que mi madre necesitaba ese reconocimiento público y con todo gusto e inmenso amor he intentado en mayor o menor medida hacerlo así desde ese día, vamos no me cuesta nada dejar un poco mis convicciones por quien me ha amado desde antes que naciera y estoy seguro que lo hará hasta que uno de los dos ya no esté.

Cuando una madre ama, es para toda la vida, es el tipo de cariño que te perdonará todo, incluso las groserías y descortesías que muchas veces tenemos con ellas, créeme eso no lo hará nadie por ti, ni tu pareja, ni tus amigos incluso no lo harán ni tus hijos ni tu padre.

Lo digo pleno de convicción, agradezco infinitamente a la vida porque Patricia Aguilar García, me tocó como madre y es que se trata de una persona verdaderamente excepcional.

Me ha cuidado, me ha amado y consentido tal como lo haría una madre amorosa pero además hay cuatro cosas que para mi la hacen única y que me han marcado positivamente  de por vida.

Cuando era un niño de cinco años –estoy seguro que esto ella ni siquiera lo recuerda- en una ocasión me dijo:

“Lo que más admiro de ti, es que nunca te rindes”

Mi madre no solo me dijo que me admiraba, construyendome una autoestima, sino que añadió una característica “el no rendirse”  eso edificó mi personalidad al punto de tratar de hacer esa parte una piedra angular en mi “No rendirse”, desde ese momento me he visto a mi mismo como una especie de Rocky Balboa, que no pelea bien, no es tan rápido, ni tiene la mejor pegada, pero que siempre se levantará por más. Gracias

El segundo punto me marcó tanto como el primero, ahora sin duda lo se, pero en mi mente infantil fue fácil caer en el piadoso engaño. Mi madre y mi padre tuvieron una pelea de proporciones épicas que hizo que tuviéramos que abandonar momentáneamente nuestra casa en la ciudad de México  para mudarnos a Tonalá, Chiapas, lugar en el que residían mis abuelos.

Durante el año y medio que pasamos ahí, mi madre jamás habló mal de Papá, incluso propicio que lo siguiéramos queriendo tanto como antes, señalando que si estábamos ahí era porque la casa en México estaba en construcción y yo era alérgico al polvo, es decir nunca se mencionó la terrible pelea, por si aquello no fuera suficiente mi madre decidió emprender aquella aventura sin la ayuda de mis abuelos, así que tuvimos que rentar una casa bastante modesta en la que en el tejado por las noches veíamos pasar a las ratas – es cierto no estoy intentando hacer el relato mas interesante- incluso jugábamos:

“Ahí va la rata de la 8” “ahí va la rata de las 9”

Por supuesto aquello no es que fuera trágico, es bastante normal en una casa con techo de tejado, sin embargo admiro el que mi madre tuviera la dignidad suficiente para dejar a mi padre y una situación más acomodada, para enfrentar una situación económica más precaria.

Cuantas mujeres día a día se nulifican aceptando atropellos con tal de beneficios económicos, les aseguro que mas de las que creen.

Mi padre fue perfecto como padre, pero cada uno de los graves defectos que se puedan imaginar que un esposo pueda tener, él los tuvo como graves afrentas contra mi madre, Patricia nunca nos habló mal de él, nos enseñó a honrarlo, pero eso no fue todo, ella no corrió a casa de sus padres para que le solucionaran los problemas y fueran ellos quienes ahora rigieran su vida, ella dejó la comodidad para enfrentar una dura prueba.

En ese momento mi madre me enseñó para toda la vida, que la dignidad y el honor no tiene rival en esta vida. Millones de gracias.

Va el tercer punto, mi madre ha sido muy destacada en su ámbito profesional,  desde que vendía ropa y comida en las oficinas gubernamentales del Distrito Federal mientras mi padre concluía sus estudios universitarios hasta que logró ascender profesionalmente al punto en que una vez una persona le dijo, cuando mi madre fue a rescatarla porque la tenían privada de su libertad:

“¿Entonces usted es Patricia Aguilar García?, yo creía que era una leyenda.

Si a mi alguien me dijera alguna vez algo así, juro que en ese momento sentiría que mi vida cumplió su propósito.

Sin embargo ella no nos dejó jamás al cuidado de mis abuelos, siempre estuvo ahí para nosotros siendo madre y siendo amiga, enseñándonos que más allá que el éxito profesional está la familia. Muchas gracias.

El ultimo y cuarto punto. Cuando mi madre estaba concursando para un cargo le fue detectado un tumor de seno, un médico en Tuxtla Gutiérrez nos confirmó nuestro peor temor, se trataba según el de cáncer mamario, les había comentado que no me rindo, pues esa vez a este peleador lo noquearon con un impacto brutal dejándolo sin ningún deseo de volver a ponerse en pie, mientras yo  era un mar de llanto, mi madre  impávida me dijo que regresáramos al trabajo –yo le estaba ayudando- señalándome que ella no podía controlar si tenia cáncer o no, pero si podía decidir seguir luchando por lo que quería, por supuesto jamas volví a llorar frente a ella. Ese día me corroboró su primer enseñanza “Jamas te rindas”.

Dios nos bendijo, y meses más tarde una segunda opinión descartó el cáncer, pero su muestra de entrega y dedicación ya estaban ahí en mi  aspirando en  demostrarle  a mi madre en el transcurso de mi vida, que tal como ella yo también seré digno, honorable, cuidaré de mi familia y jamás me rendiré.

Te amo Paty.


Saludos y feliz día a todas aquellas MADRES que llenan ese nombre.  

Paty,  con sombrero, al lado de los "Jefes de Jefes" los Tigres del Norte

lunes, 9 de mayo de 2016

Karmatrón y los Transformables, pasión compartida.





Les doy la bienvenida al blog de la novela Para decir adiós: Las dos Princesas, muchas gracias por estar aquí compartiendo conmigo, su presencia es invaluable e indispensable para la existencia de este espacio.




Como les he platicado en otras ocasiones, siendo un niño dejé la Ciudad de México para mudarme con mi familia a Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, las razones son particularmente singulares y mañana que haga una entrada dedicada a las madres se las platicaré porque tienen mucho que ver con la propia singularidad de la mujer que por fortuna me tocó como madre.
Amaba la ciudad de México y el golpe del cambio de domicilio fue fuerte para mis hermanos y para mí, teniendo que dejar atrás la que había sido nuestra casa, nuestra escuela, amigos y familiares.

A nuestra propia manera  cada uno buscó la forma de adaptarse a un nuevo lugar. Al poco tiempo de estar radicando en la capital de Chiapas, mi madre decidió buscarnos una ocupación por las tardes para mantenernos alejados de la televisión  y sobre todo para propiciar el hacer nuevos amigos.

Afortunadamente, gracias a la iniciativa de mi madre para que yo estudiara Tae Kwan Do, descubrí nuevos amigos entrañables, sin embargo no fueron los que ella esperaría.

Camino a las clases del arte marcial señalada, me encontré con una farmacia que tenía un estante de revistas, ahí encontré un comic, que nunca antes había visto pero del cual el estilo de dibujos me pareció conocido.



Allá por inicios de los ochenta con el tremendo éxito que tenían los grupos musicales infantiles, las editoriales quisieron ser parte de las ganancias económicas de tan jugoso negocio, de tal forma publicaron los comics de los grupos Parchís y Timbiriche.

Sobra decir que ambas publicaciones eran por demás insulsas, tratando “aventuras” de los integrantes del grupo, no es que ahora quiera curarme en salud, pero en verdad jamás compré dichas revistas, sin embargo las leí puesto que amigos y mi hermano mayor algunas veces las adquirieron.

Incluso la revista dedicada al grupo español Parchís, estaba hecha completamente en México, la misma era ilustrada por un joven dibujante, llamado Oscar González Loyo, quien contaba con un estilo propio de dibujo más entre el animé y las caricaturas de Hanna Barbera, que el de los comics de Marvel y DC que yo ya atesoraba en esa época.

Siempre he tenido la facilidad de ubicar a los dibujantes por su particular estilo de dibujo, fue de tal forma como pude notar que la revista que se mostraba en los estantes era dibujada por el mismo artista que antes había hecho la revista de Parchís.

Aquello no hizo sino crearme una cierta resistencia ante aquella publicación, a pesar de que el nombre llamó poderosamente mi atención, sin embargo no adquirí la revista en esa primera ocasión, más la visión de dos robots gigantes peleando en la portada me hizo dejar atrás toda reticencia y a la siguiente visita a esa farmacia adquirir mi primer ejemplar de Karmatrón y los transformables.



Debo reconocer que en un inicio el nombre me hizo pensar si no era una publicación que buscaba aprovecharse de la fama que en ese entonces tenían Voltron, Mazinger Z y los transformables de Hasbro, más a medida que fui leyendo aquella publicación pude darme cuenta que tenía una identidad propia.

Con Karmatrón y su propio autor, ocurre algo muy especial en México, siendo el único comic de autor que sobrevivió la tremenda crisis económica de los ochentas y que de alguna u otra forma ha seguido publicándose hasta la fecha.

Así como tiene una gran legión de seguidores que lo idolatran como si se tratará de una especie de maestro místico
, Oscar Gonzales también tiene una serie de detractores que denostan su obra, incluso con insultos bastantes subidos de tono.



Por mi parte puedo decir que admiro mucho la tenacidad y compromiso de su autor para con su obra y el que a pesar de los ataques a permanecido fiel a la concepción de su comic.

Karmatrón y los transformables, es una “space opera” que debe mucho de su concepción a Starwars, lo cual no lo digo como critica sino como descripción, pero tiene un sabor original que la hace una obra de autor y no un refrito de la obra de George Lucas.

La obra de González Loyo es más mística, narra las aventuras de los zuyua, una antigua y pacifica raza que ve destruido su mundo por el belicoso pueblo de los Metnalitas y su líder Asura, por lo que se ven forzados a emprender una odisea en busca de un nuevo mundo en una especie de arca de Noe.

Para defender a su pueblo, el príncipe Zacek, tendrá que despertar su consciencia a través de la activación de sus siete chakras internos, al lograrlo es dotado por el Gran espíritu de una armadura mística que le permite luchar como un robot gigante, transformándose en Karmatrón  y convirtiéndose en un guerrero Kundalini.

En algunos números de Karmatrón se compartían enseñanzas de disciplinas orientales para calmar la mente y liberar la consciencia bajo el nombre del manual del guerrero kundalini, este es el punto de crítica, injustificado en mi particular punto de vista, que hacen los detractores de la obra de González Loyo, diciendo que por compartir esos conocimientos busca ser una especie de gurú para sus seguidores.

Dichas “enseñanzas” hablan de respetar a la naturaleza, a nuestro propio cuerpo al alejarlo de vicios, de no apegarse a los objetos materiales e incluso a las personas y para mí a pesar de no seguirlas al pie de la letra, fueron muy especiales porque me permitieron compartir un comic con mi padre.



A pesar de que nunca desalentó mi pasión por las historietas como si lo hacía mi madre, para mi padre no eran una pasión que compartiera conmigo, sin embargo un día, no sé porque razón, un comic de Karmatrón cayó en sus manos y quedó prendado de la filosofía que en él se trataba, de tal forma dicho comic fue el único título que era comprado por mi padre y sobre el cual compartíamos su lectura.  

En lo personal eso es algo que agradezco a la historia de Karmatrón y los transformables, no solo el dotarme de más sueños y dejarme ir a un planeta lejano a bordo de un dragón dorado que produce música con su movimiento, sino permitir que mi padre viera con los mismos ojos la forma en que yo veía mi pasión más añeja.

Saludos. 

miércoles, 4 de mayo de 2016

Luis Lobos. ¿Es posible un Jason Bourne Mexicano?





Muy buenos días para todos los que me hacen el favor de visitar este blog, muchas gracias por su generosidad.

Mañana en México celebramos la Batalla de Puebla, como otras conmemoraciones en este País, festejamos el haber ganado una batalla de una guerra que a la postre se perdió, pero en muchos sentidos ese es el sentimiento que nos hemos autoimpuesto los mexicanos, el de un pueblo luchón que no se rinde pero que por circunstancias del destino está “nacido para perder”, ojala en un futuro no muy lejano las generaciones venideras puedan cambiar ese estigma.

Muy curiosamente en los Estados Unidos de América, se identifica al 5 de mayo como la celebración más importante que tenemos en México, cuando esto en verdad no es así, puesto que nuestra máxima celebración nacional es la del grito de independencia, celebrada el 15 de septiembre.

Hoy recordaba un acontecimiento que me marcó en mi faceta personal como autor, sin embargo antes debo comentar algunos hechos.

En México tenemos (entre otras) a  dos instituciones educativas que son orgullo nacional y las cuales, a pesar de nunca haber estudiado en ellas, las considero muy cercanas a mi historia personal.

Se tratan de la UNAM, Universidad Nacional Autónoma de México y el ITESM, Instituto de Estudios Superiores de Monterrey.

En la UNAM, cuyo mote es el de los "pumas", estudiaron mis dos abuelos, mi madre y mi padre e incluso me tocó asistir a clases a los seis meses de edad, cuando mi madre al no tener con quien dejarme en casa, tenía que acudir a clases y enfrentar la furia de varios maestros, llevando a sus hijos a las aulas para no truncar sus estudios universitarios.



Con la UNAM hay una identificación familiar muy grande, crecí en un hogar con orgullo puma, mi padre jugó fútbol americano en la facultad de derecho de dicha institución y desde muy pequeños nos enseño a mis hermanos y a mí a amar los colores de los cóndores (mote del equipo de fútbol de la UNAM).

En mi familia aquel cántico universitario que dice "Mi piel es dorada y mi sangre azul" (colores de la UNAM) se lleva en el alma.

Curiosamente y por circunstancias de la vida, ni mis hermanos ni yo, asistimos a la UNAM para nuestra educación profesional.

Yo soy graduado de la Universidad Regiomontana, mi hermano menor de la Universidad Autónoma de Yucatán y mi hermano mayor del ITESM.

El ITESM es nuestro equivalente mexicano al MIT, un instituto que basa su prestigio en las ingenierías y demás carreras tecnológicas.



En el ITESM me tocó acudir a clases acompañando a mi hermano y sobre todo gracias a él hice uso de sus instalaciones durante mis estudios profesionales.

Estudie en su biblioteca, hice tareas en sus centros de computo y cada tarde acudía a jugar basquetbol a su centro deportivo, incluso en las ocasiones en que me quedé sin agua en el departamento en que vivía, acudí a bañarme a las regaderas del gimnasio del TEC.

Como un gran aficionado al fútbol americano acudía cada viernes de cada quince días a ver los juegos de los Borregos Salvajes pero apoyando en mi corazón siempre a los Cóndores.

Es de tal forma que las Universidades rankeadas en el 1 y 2 de cualquier lista en México y en el 2 y 7 a nivel Latinoamérica, también dejaron su marca indeleble en mi formación como persona.  

En el Tecnológico mi hermano mayor fue haciendo un grupo de amigos, con sus profesores y otros talentosos maestros de la institución, los cuales se reunían cada sábado para platicar de cómics.

Aquello a la distancia parece una reunión de personajes de “Big Bang Theory”, brillantes ingenieros, educadores de una de las máximas instituciones técnicas de México, reunidos para hablar de lo que para otros era un pasatiempo para niños.

Las reuniones eran para mi sumamente divertidas hasta que se pasaba del tema de las historietas a los temas de tecnología, yo era el único entre ellos estudiando una carrera de humanidades, por lo que en ese momento lo que hablaban se tornaba en un idioma ininteligible para mí.

A dicho grupo tiempo después se anexaron dos creadores de cómics, uno de ellos con un talento sin igual, él ahora trabaja con el director  de cine Guillermo del Toro y si has visto la película de Pacific Rim, en ella el robot llamado Chernobyl, es creación suya, si tienes un poco de paciencia podrás ver el nombre de Francisco Ruiz Velasco en los créditos de Pacific Rim y Hellboy 2 entre otras.




En ese entonces con su incipiente trabajo Francisco Ruiz creó un cómic llamado B Squad, en dicha historieta todos los personajes tenían nombres anglosajones.

Aquí viene por fin, después de tanto preámbulo,  el momento al que me refería cómo el que me marcó como creador.

En una de las muchas tertulias, mi hermano Juan Jaime, les inquirió a todos el porqué de sus creaciones no se desarrollaban en nuestro propio país con personajes llamados Pepe, Paco, Toño o cualquier variante latina.

A pesar de intentar presentar diversas justificaciones, nadie llegó a alguna que nos convenciera a todos.

Por supuesto nadie, ni siquiera yo, lo reconocimos ante J.J., pero su argumento cambio definitivamente nuestra visión como incipientes creadores, todos en mayor o menor medida comenzamos a usar a partir de ese momento nombres latinos para nuestros personajes incluso hubimos otros que comenzamos a situar nuestras historias en México.

Seguramente en nuestro fuero interno cada uno de nosotros en ese día tuvo conciencia que la influencia de las historias que leíamos nos había marcado de tal forma que nos apartaban un poco de nuestra propia idiosincrasia y el orgullo nacional.

Incluso Francisco Ruiz, contratado por Dark Horse Comics (la tercer empresa en importancia en Estados Unidos) publicó una historieta en la que puedes encontrar luchadores, dioses mayas a Capulina y al Chavo del ocho con todo y su torta de jamón.



Por supuesto que puede haber un cierto problema de credibilidad, es decir cómo hacer una historia de un viaje interestelar de una nave mexicana cuando ni siquiera tenemos agencia espacial en nuestro país, sin embargo la ciencia ficción es tan amplia que tu creatividad encontrará una forma de situar una historia en el contexto latinoamericano.

Hace unos días, me preguntaba cómo hacer una historia a lo Jason Bourne, Jack Ryan o James Bond, situada en Latinoamérica, con un personaje principal latino.



El resultado al menos ya tiene título “Sin lugar para héroes”  y presentará a una especie de Jason Bourne mexicano, será un reto enorme el lograr que resulte entretenida sin que el contexto pierda credibilidad, pero también será muy divertido intentarlo,  espero poder pronto irles presentando los primeros capítulos.


Saludos.  

lunes, 2 de mayo de 2016

La indomable Hheva. Un particular homenaje a Eva Green



Muchas gracias por su invaluable apoyo y por las palabras expresadas respecto al diseño de portada de Para decir adiós: Las dos Princesas, el cual ya ha sido enviado a Editorial Endira, ahora estoy en espera de las correcciones que ellos le puedan realizar, así como de la inclusión de los logos, tanto de la propia editorial como el del título del libro.

En cuanto lo tenga conmigo prometo que lo comparto con ustedes.

Hoy quiero presentarles al último de los personajes que está basado físicamente en una persona en su totalidad. Para el resto de personajes en el momento de su creación no tuve en mente específicamente a nadie en particular, sino que fue hasta que haciendo un juego con mi hermano Daniel, mi sobrina Montserrat y mi madre, sugerimos nuestros artistas predilectos para el ficticio caso de una película de mi novela, como he dicho somos una familia fanática del cine y además soñar es de las pocas cosas gratis en esta vida.



Poco a poco iré compartiendo con ustedes el resultado de esa lista, que al final de cuentas es una aproximación de cómo veo físicamente a los personajes.

Hheva es el último de los personajes a los que siempre visualice como una persona, en este caso la actriz francesa Eva Green, de quien como homenaje lleva el mismo nombre.





Incluí la doble “H” no solo para darle al nombre una particularidad que le distinguiera del nombre mortal, sino que también para tratar de dar una consistencia en los nombres que he incluido tanto para Hadas como para Elfos.

Hheva es un Hada, hija de Hadi, el Alto señor Elfo de Eitur, por tanto puede decirse que Hheva es una princesa o la heredera al señorío de la ciudad de Eitur.

El nombre de Hadi, lo pronuncio según concibo la fonética de las Hadas y Elfos, como “Jadi”, por tanto si incluía una sola “h” para Heva, la pronunciación sería “Jeva”, es por ello que  decidí escribirla con doble “h” para que conservara la pronunciación que quería “Eva” como el nombre de la actriz gala.





Lo mismo ocurre para su hermano Hhadriel príncipe de Eitur, cuyo nombre se pronuncia como “Adriel”.

Hheva es una hermosísima Hada de cabello negro, tez blanca con pecas y ojos de un azul intenso, que tiene un férreo carácter provocado por acontecimientos que se irán narrando en la Canción del Fenix y en 13.5 y otras historias del Reino Etéreo (libro de historias cortas que servirá como puente entre la primera y segunda parte de Para decir adiós).

Hheva será la principal antagonista en la tercera y final parte de Para decir adiós, por lo que se trata de uno de los personajes centrales de toda la historia, aún y cuando no aparece en toda la primera parte.

Hheva, tal como su padre, es una guerrera dotada y un Hada que tiene un fuerte vínculo con la magia, por lo que tiene el poder y la voluntad suficiente para poner de rodillas al Reino Etéreo.

Eva Green, no solo es mi artista favorita, la cual curiosamente antes pensaba que era inglesa, dado que oculta perfectamente su acento francés, dado que estudio en una escuela inglesa, sino que normalmente ha representado papeles de mujeres de gran carácter, motivo por el cual, en mi mente no podía idear a mi Hheva de otra forma que no fuera como ella.




Les recomiendo una película de Eva Green, que quizá  no es tan conocida como sus mayores éxitos, pero sin duda es una cinta muy hermosa y que lleva a la reflexión, se llama “Perfect Sense” y a grandes rasgos trata de una epidemia que ataca a la humanidad en la cual va eliminando uno a uno los sentidos, empezando con el olfato.

El otro personaje central interpretado por Ewan Mcgregor, es un Chef, que pierde los sentidos del olfato y el gusto, para la mayoría quizá sean sentidos que menospreciamos, pero para alguien que trabaja y vive con ellos su perdida sería una tragedia enorme.

Espero que puedan conseguirla y la disfruten.


Saludos afectuosos para todos.        

viernes, 29 de abril de 2016

Portada de Para decir adiós: Las dos Princesas





Bienvenidos y millones de gracias por estar nuevamente por aquí.

Hoy, tras un arduo trabajo en el que tal como comentaba antes he tenido que ir aprendiendo el uso del programa de diseño sobre la marcha, por fin puedo presentarles lo que será mi propuesta a Endira Editorial para que sea la portada de Para decir adiós: Las dos Princesas.

Me encantaría conocer su opinión sobre ella, en verdad sería esencial para mí conocer que les ha parecido, para en su caso poder hacer algún cambio para mejorarla.

Muchas gracias y les deseo un excelente fin de semana.


Por último les platico que ayer en el transcurso de la función de media noche de Capitán América: Civil War, me di cuenta que el tiempo no pasa en vano, la mayoría de la audiencia eran jóvenes entre 15 y 25 años que seguramente hoy no tendrán ningún problema para cumplir con sus actividades, yo a mis cuarenta años y tras regresar a casa a las 3:30 de la mañana, me siento completamente molido, espero no dormirme en el trabajo.