Les
doy la bienvenida al blog de la novela Para decir adiós: Las dos Princesas, la
cual estará a la venta en escasamente un mes más, les agradezco de todo corazón
la inmensa generosidad de su parte para leer mis artículos.
En
los cómics del personaje Flash, se presentó en una ocasión una publicación en
la que el personaje principal, el velocista escarlata, es homenajeado por el
Alcalde y todos los habitantes de Ciudad Central en lo que denominaron el “Día
de Flash”, en la susodicha publicación se realiza un desfile y un evento masivo
en el que la metrópoli reconocía a su héroe e incluso le dedicaba la apertura
de un museo en el que se exhibían los trofeos obtenidos en sus batallas, como
en la mayoría de historias de esa época los hechos tenían que derivar en una
pelea con el supervillano en turno, en esa ocasión especial no solo se trató de
uno sino de los principales enemigos de Flash.
La
trama antes narrada ha trascendido del medio del cómic y ya ha sido presentada
también en la serie de acción de Flash, así cómo en la serie animada de la Liga
de la Justicia ilimitada.
Dicha
remembranza ha venido a mi mente por un hecho trascendental en mi familia al
que tuvimos oportunidad de asistir en el pasado mes de diciembre. En la
publicación titulada “Mi mundo menguante” comenté un poco sobre el difícil
proceso del pasar de los años reflejado en nuestras vidas, ejemplificado en mi
no solo por mi vida misma sino sobre todo por la de mi madre y mi abuelo.
En
la citada publicación refería lo injusto que me parecía el trato que mis
familiares y yo brindábamos la mayoría de las veces a mi abuelo, quien se había
convertido prácticamente en un accesorio más del hogar al que poco se le
prestaba atención en las tertulias familiares, así también señalaba como su
mundo había ido desapareciendo poco a poco con la notable ausencia de sus
principales amigos y sobre todo de su esposa.
La
vida a veces nos sorprende y lo mejor es que puede llegar a asombrarnos para
bien. En un acto de plena generosidad José Luis Castillejos Vila, el actual
Alcalde del que considero mi pueblo de origen y en el que nació mi abuelo y mi
madre, convocó a la familia para efectuar un homenaje a mi abuelo, el Dr.
Francisco Aguilar Cervantes.
El
Dr. Panchito, como es cariñosamente llamado en el pueblo, es un médico que
siempre privilegió la labor humanitaria que la comercialización de su carrera,
hombre sencillo y afable que consideraba que era injusto cobrar por aliviar el
dolor de las personas, en innumerables ocasiones dejaba de cobrar la consulta e
incluso a los pacientes que lo necesitaban les daba dinero para las medicinas,
mi abuela tuvo que cobrar previamente la consultas para evitar que mi abuelo
terminara siempre regalando su trabajo.
Hombre
muy querido y reconocido en el pueblo, aspiró a la vida política, haciendo
honor al significado más trascendente de esa labor, en los años que fungió como
alcalde sirvió a su pueblo y dejó tantas obras como el raquítico presupuesto se
lo permitió.
Reconocido
como un hombre honesto e intachable al dejar el cargo siguió sirviendo a su
pueblo a través de diversas asociaciones como el Club de leones AC o la
Asociación Médica de la cual fue
fundador, fue también un incansable gestor del conocimiento, siendo maestro en
la Secundaria Ramón E. Balboa y promotor de un Campus universitario en su
ciudad natal.
Por
supuesto que lo admiro, y ustedes pueden pensar que es obvio que lo haga puesto
que es mi abuelo, pero en verdad se trata de un hombre muy valioso y sobre todo
generoso y humanista como pocos, es por ello que debo confesar que en el
homenaje que se le realizó el pasado 29 de diciembre, día en el que por cierto
cumplía 87 años, mi emoción fue enorme al ver que el Dr. Panchito tenía la
oportunidad de ser reconocido en vida.
El
evento fue por demás emotivo, desde la noche previa una de las marimbas más
reconocidas del País “La internacional Peña Ríos”, se presentó en el domicilio
del Dr. Panchito para deleitarlo con las mañanitas y sus canciones favoritas, creo
que no sobra decir que a pesar que dicha agrupación de la música tradicional
chiapaneca suele cobrar varias decenas de miles de pesos por una presentación,
aquel concierto fue un obsequio para mi abuelo.
Se
continuó a la mañana siguiente con un suculento desayuno tradicional “turulo” (plátanos
fritos con crema y queso, huevos con camarón y tamales de diferentes tipos) en
el que la casa de mi abuelo fue insuficiente para albergar a los asistentes.
Finalmente
por la tarde en un auditorio repleto los organizadores proyectaron fotos de mi
abuelo desde su juventud, se le dedicaron bailables, poemas y canciones, el
homenajeado estalló en lágrimas.
Cuando
un adulto mayor es desvalorizado y su mundo se evapora, no pueden imaginarse la
importancia de otorgarle una explosión de cariño y reconocimiento como esa,
pocas veces había visto a mi abuelo sonreír de esa manera, incluso al día
siguiente en su cara seguía dibujada esa expresión de dicha y satisfacción.
Que
importante es decirles a nuestros viejos lo valioso que son en nuestras vidas,
no tengo palabras de agradecimiento suficientes para el Alcalde de Tonalá,
Chiapas, hizo que ese 29 de diciembre de 2016, el Dr. Francisco Aguilar
Cervantes recuperará toda su dignidad.
Por
mi parte pude ver al Tonalá que no veía desde hace años, en 2002, cuando falleció
mi padre, yo me ausenté voluntariamente del pueblo por mucho tiempo, para mi
significaba una traición ir en su ausencia al sitio en el que jugamos y pasamos
tantos tiempos de dicha, con el pasar de los años, mi pueblo dejó de ser un poco
mi pueblo, la gente cambió, llegó la “modernidad” a través de una nueva
carretera e incluso franquicias de esas que se encuentran en cualquier ciudad
del mundo, sin embargo ahí en el evento de mi abuelo estaban todas las personas
que yo recordaba desde niño y que aún están con nosotros, amigos de mi abuelo y
de mi madre, cada vez más canosos y con más arrugas pero demostrándome que las
cosas no han cambiando tanto como yo creía.
De
niño disfruté, como un espectador alejado a través de la ventana de la
imaginación, el día dedicado a uno de mis grandes héroes, Flash.
Ahora
de adulto he tenido la dicha de presenciar en primera fila la celebración dedicada
a un héroe real.
Te amo
y admiro Dr. Panchito y espero seguir contando con la dicha de tu presencia por
muchos años más.
Que bonita entrada, me ha gustado leerte me quedo siguiendo tu blog, yo también tengo uno por lo que te invito a el, nos leemos!
ResponderBorrarPues acabo de encontrarte y me ha gustado leerte, por lo que ya me tienes de seguidora, por mi parte yo también tengo un blog, y te invito a el, saludos y nos leemos ;)
http://estoyentrepaginas.blogspot.com.es/
Hola me gusta como escribe, me gustaría que viera una revista literaria digital donde escribimos mucha gente, solo ponen una condición y es que el escrito sea para toda la familia su e-mail es
ResponderBorrarinfo@elliterario.com saludos cordiales.
Excelente articulo eres claro y preciso...un saludo cordial desde XOCHIMILCO Mexico
ResponderBorrar¡Qué Flash ni Flash...! El Dr. Panchito es el héroe de carne y hueso que se debe agasajar. Qué linda noticia la del reconocimiento a una vida de servicio humanitario como lo es el arte de curar.
ResponderBorrarFELICITACIONES por provenir de tan buena estirpe y porque no te sonrojas por darla a conocer.
Gran abrazo J F.
muy linda entrada, hasta me salió la de Remi
ResponderBorrarQue gusto que te agradara, abrazotes.
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