Bienvenidos.

Este es un espacio creado para tener interacción con todas aquellas personas que se interesen en la novela Para decir adiós: Las dos Princesas, publicada por Editorial Endira, la cual se encuentra a la venta en librerías de México y en todo el mundo mediante Paypal en compra directa aquí en el blog.

miércoles, 1 de junio de 2016

Concursos "un cubetazo de helada verdad"




Millones de gracias por estar nuevamente visitando este espacio, como antes les he platicado a quienes me honran con su visita en este blog, la editorial mediante la cual será publicada la novela Para decir adiós: Las dos Princesas, es Endira, una casa editorial cuya sede se encuentra en el Estado de Querétaro en la República Mexicana, hoy precisamente quiero hacerles extensiva una invitación al tercer concurso de cuentos cortos organizado por Endira Editorial.

En México como creo en todo el mundo han pululado concursos del tipo “La voz” “American Idol” y demás copias y conversiones. Respecto a dichos concursos, al menos en este país desde el cual les escribo, nunca ha tenido un éxito masivo uno de los ganadores de las versiones ni de “La voz” ni  de “American idol Latinoamérica”, si acaso alguno de ellos grabó un disco su difusión debe haber sido minúscula.

Esto viene a cuento porque en cada emisión de los susodichos programas siempre me ha llamado poderosamente la atención las ilusiones con las que cada uno de los jóvenes y “no tan jóvenes” llegan buscando cumplir  su anhelo de alcanzar una carrera artística.

Tras cuatro o cinco emisiones, no lo sé bien, de “La voz” en México, me preguntó cómo es que los concursantes siguen llegando con esa misma expectativa tras saber que ninguno de los ganadores previos ha logrado una consistente carrera en ese medio, quizá sea que ahora, en esta época de redes sociales,  perseguimos sueños efímeros donde los cinco minutos de fama son suficientes por una vida.   

Antes de perderme en mi argumentación trataré de aterrizar el porqué invito a un concurso y a la vez hablo del fracaso de otros concursos.

Lo que intento establecer es el anhelo que perseguimos al participar en una competencia en la que depositamos la posibilidad de seguir una carrera en algo que nos apasiona.



Por cuanto hace a los concursos previos de Endira editorial,  desconozco si alguno de los ganadores ha sido firmado por la editorial para la publicación de una novela, lo que sí puedo decirles es que al menos los ganadores cumplieron el sueño de ver publicada y en aparadores una de sus historias.

Cuando los que soñamos con algún día convertirnos en escritores profesionales, que por supuesto puedan dedicarse de tiempo completo a narrar y vivir de esto, concluimos una historia, lo primero que hacemos es dársela a leer a alguien cercano a nosotros, al menos a en mi caso mi novela le encantó a mi madre, a mi hermano, a una tía y a mi abuela.

Sin embargo todos ellos tienen algo en común, por supuesto no pueden ser imparciales con mi obra  por el inmenso cariño que me tienen.

Seguramente les tocó alguna reunión familiar  en la que alguna tía obligaba a cantar a su hijito, señalándonos ante sus berridos de borrego a medio morir, a las pobres almas en desgracia que le escuchábamos:

“Que hermoso canta mi niño”

Creo que ahora ya voy logrando explicar mi argumento.

En un concurso, sobre todo en uno en el que se paga una inscripción, es muy factible que únicamente estemos “regalando” nuestro dinero a los organizadores y muy posible es también que nuestras ilusiones se queden sin cumplir, pero al menos ganaremos  algo que créanme es incuantificable.

Se trata de un “cubetazo de helada verdad.”

Al participar en una competencia en la que personas ajenas a ti valorarán lo que escribes, podrás darte cuenta de cómo vas  en realidad.

Recuerdo, con mucha pena, que en un concurso en el que participé y no gané, que mis primeros pensamientos al respecto fueron:

“El concurso estaba amañado.”

“El jurado estaba formado por escritores mediocres que no han alcanzado aun la fama”

Lo que la tranquilidad que trae el tiempo me permitió ver, fue que por mediocres que pudieran resultar o no esos escritores, sabían al respecto mucho más que yo y que mi familia.

Con ellos no habría alabanzas gratuitas, no habría un velo de cariño que les obligará a ver mi obra como la mejor del mundo.

Eso es un golpe tremendo de humildad y créanme es invaluable, es una buena y necesaria dosis de un medicamento llamado “Ubicatex”



Puede ser que en los concursos se estén aprovechando de nuestros sueños y anhelos de fama, puede ser que incluso con el cobro de las inscripciones estén generando algún ingreso, pero seamos honestos, ganaremos mucho más sabiendo en donde estamos parados.

El perder no me hizo abandonar mis sueños, sino valorar los caminos que estaba tomando, me hizo releer mis historias y ver, ahora sí, que tenían muchas deficiencias que podían ser mejoradas.

Puede sonar a cliché, pero perdiendo gané.

Es por ello que a pesar que la participación en el concurso de Endira tiene un costo de $ 200.00 pesos , aproximadamente 11 dolares americanos  los conmino a participar en ella si tienen una historia y por el momento esa cantidad de dinero, si bien no les sobra tampoco les resulta indispensable.
Es posible que aún perdiendo puedan ganar

Las bases y toda la información pormenorizada pueden encontrarla en:  


Las páginas de la editorial son:



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