Les deseo un excelente
viernes a todos los que me honran con su presencia en el blog de Para decir
adiós: Las dos Princesas, hoy quiero platicarles algo relacionado con la pasada
entrega de este blog relativa al concurso organizado por Endira Editorial y sobre
todo relacionado con los sueños rotos.
Va antes una pequeña anécdota
muy relacionada con el tema anterior. En mis años de estudiante de preparatoria
entre 1990 y 1993 (es increíble darme cuenta de todo el tiempo que ha pasado
desde eso) la fama de un grupo musical que había reinado durante los ochentas
estaba en verdadero declive, se trataba de la agrupación denominada como
Timbiriche.
Para los amigos que no son
de México, cabe una descripción al respecto; incluso hasta bien entrada la
primera década de este siglo, en este país las dos únicas televisoras con
cobertura a nivel nacional tenían un
poderío enorme, el cual les hacía imponer modas y preferencias no solo en el ámbito
de la música sino también en los modismos del lenguaje, preferencias
electorales e idiosincrasia.
Para la más grande y
poderosa de ellas, Televisa, en sus producciones se imponían los estereotipos a
seguir, muy alejados por cierto de la verdadera identidad nacional, para dicha
televisora para ser el personaje principal de una de sus producciones tenías
que ser rubio –de preferencia- o al menos de tez blanca (llegando al grado tal
manía que es usual que se importen actores y actrices argentinos puesto que en
dicho país es más usual encontrar gente rubia que en este nuestro México) por
el contrario si el actor en cuestión era de tez morena solo podía aspirar a
conseguir un papel como empleada domestica, indígena o humilde e iletrado trabajador de barrio.
De tal manera a los
mexicanos se nos impuso la imagen de la tez blanca como un sinónimo de éxito y
belleza y la piel morena como reservada para los pobres, los nacidos para perder y
soportar las vejaciones.
En televisa no importaba que
el personaje principal fuera una indígena, al ser la protagónica tenía que ser
rubia y de ojos claros, aunque no haya etnias con dichas características físicas
en nuestro país, además para la citada televisora todos los indígenas de México
hablan y visten igual, extendiendo de tal forma el estigma del estereotipo, sin
considerar que la vestimenta, forma de hablar e incluso características físicas
de un Maya, Tzotzil, Huichol o un Raramurí son muy diferentes entre sí.
De tal manera que en la
citada banda Timbiriche, grupo plástico creado ex profeso por Televisa para
competir con Parchís y Enrique y Ana, todos sus integrantes eran niños bien (es
decir “pijos” para los amigos de España) de tez blanca y en su mayoría hijos de
artistas de la misma empresa, incluso a la que no fuera rubia podían pintarle
el pelo desde niña para aparentar serlo, verdad Paulina Rubio.
Por mucho que odio admitirlo
y aún cuando en mi casa no era usual que mis padres –ávidos lectores- siguieran
con frecuencia los programas de Televisa, no pude sustraerme totalmente de su
fuerte influencia, la cual de alguna u otra forma se impregno en mi forma de
pensar.
A los quince años, cuando
como decía estaba cursando la Preparatoria en el Liceo José Vasconcelos, de
Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, uno de mis compañeros de curso en algún momento
externo su deseo de ser artista, en los recesos entre clase y clase, él les
montaba coreografías a las chicas practicando los pasos de baile con ellas.
En lo escuela solemos ser
crueles, yo era un tipo más bien retraído que vivía en su propio mundo así que
me siento medianamente tranquilo de nunca haber externado una burla en su
contra, pero aquella afición a los bailes le hizo padecer que los más asiduos a
la explotación de los compañeros estudiantiles de inmediato lo tacharan de
afeminado, cómo he dicho yo nunca lo molesté pero tampoco lo defendí y eso es
una forma de complicidad.
En una de tantas clases en
las que se habla del porvenir, el protagonista de esta anécdota tuvo la
ocurrencia de decir que al terminar la preparatoria viajaría a la ciudad de México
para hacer pruebas para ingresar a Timbiriche, grupo que como decía venía en
declive y casi todos sus integrantes originales lo habían abandonado, dando
paso a una nueva generación.
Las burlas no se hicieron
esperar ante su comentario, por mi parte yo no lo externé pero en mis adentros también
me burlé de su “desatinada” aspiración, recuerdo muy bien que pensé que el tipo
era un “pobre iluso”, ¿cómo se atrevía a pensar que podía llenar los cánones
impuestos por la televisora” si él era
prieto, chaparro y además afeminado, finalmente medité que una cosa era tener
sueños y otra era aspirar a imposibles.
Bien dijo George Bernard Shaw "La juventud es una enfermedad que se cura con los años" y precisamente a través del correr de los años he ido encontrando una cura a mi inmadurez y falta de empatía, ahora veo con mucha vergüenza mis pensamientos de esa época.
¿Quién era yo para decirle a
alguien que no se atreviera a soñar?
Recordé todo esto hace unos
pocos días que vi por youtube una conferencia
de Neil deGrasse Tyson, uno de los científicos más famosos del mundo, quien para los
que no lo conocen les digo que es de tez negra, lo que no tendría ninguna
importancia si no fuera por lo siguiente:
En ella le preguntaban al astrofísico,
por qué consideraba que no había tantas mujeres en la ciencia, incluso otro de
los panelistas señalaba en son de burla que eso era algo genético.
Lo anterior venía a colación
porque hay un grupo de académicos que señalan que a las mujeres no se les
aparta de la ciencia, sino que son ellas mismas las que se segregan prefiriendo
estudiar carreras de humanidades.
Incluso en la literatura yo
he visto ese mismo prejuicio señalando que son las mismas mujeres las que
deciden no escribir sobre ciencia ficción y fantasía épica refugiándose solamente
en el drama rosa.
Neil deGrasse pidió la
palabra de entre todo el panel y dijo con autoridad, que era él quien quería
contestar esa pregunta porque si aún no se habían dado cuenta el era negro (el
tipo es un bromista).
El famoso científico narró
cómo durante toda su vida tuvo que enfrentar los prejuicios que a él lo
situaban como inepto para la ciencia y apto para el deporte, incluso señaló que
muchos maestros intentaron disuadirlo de estudiar astrofísica diciéndole que
mejor se dedicara a una disciplina deportiva.
Sin embargo lo peor para él
no fue eso sino enfrentar el prejuicio de ser un delincuente únicamente por su
color de piel, incluso una vez fue detenido al salir de un supermercado cuando sonó
la alarma mientras él y un tipo de piel blanca se disponían a salir por la
puerta, el tipo blanco que era el ladrón fue dejado huir tranquilamente y él, doctor de una prestigiosa universidad fue detenido por ser negro.
El punto principal que
señaló fue como los estereotipos pueden acabar con los sueños y es fácil decirlo
para quien no los enfrenta diariamente, manifestó que el llegó a ser lo que es
hoy día, porque su sueño estaba incoado con una enorme fuerza en él, pero qué
es lo que ocurre cuando las personas no tienen una guía o tal fortaleza de espíritu,
desgraciadamente terminamos destruyendo sus sueños.
A las niñas les decimos
desde pequeñas que deben ser dulces, tiernas e incluso débiles, que son buenas
para los temas del corazón y los sentimientos, pero jamás les señalamos que
pueden ser tan buenas matemáticas o físicas como cualquiera, nos convertimos en un
ladrillo más de la enorme muralla forjada por los estereotipos y roles sociales
impuestos.
Me avergüenzo mucho de haber
pensado que por ser moreno aquel compañero de la escuela no podía aspirar a ser
lo que el tanto anhelaba.
Nadie puede ser cómplice de
destruir los sueños.
Así que si tú quieres ser un
escritor profesional del cual sus escritos lleguen a todo el mundo traducidos
en infinidad de idiomas, no te rindas, no dejes que nadie te diga que eso es
imposible.
Se humilde y mantente
dispuesto a escuchar todas las criticas, incluso aquellas de mala leche que
destrocen tu obra, de ellas podrás corregir errores, podrás volverte más fuerte
y sobre todos cobrarás ánimo para nunca
renunciar a tus sueños.
En verdad y de todo corazón
si eres un escritor joven que está empezando con este sueño, en mí tienes a
alguien dispuesto a compartir la escasa experiencia que hasta ahora he logrado
en el camino de cumplir mi propio sueño.
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