Bienvenidos nuevamente al
blog de Para decir adiós: Las dos Princesas, muchas gracias por estar visitando
de nueva cuenta este espacio.
En la publicación de hoy
quiero ahondar un poco más sobre un tema tratado en otras entradas y que
desgraciadamente es algo profundamente arraigado en la idiosincrasia del
mexicano.
Hace unos días me entere de
un hecho que quizá algunos pueda parecerles intrascendente pero a mí me parece
en verdad lamentable porque se trata de una muestra más de discriminación de
las muchas que hay en este país.
Aquí como creo que ocurre en
muchos lugares, existen lugares dedicados al entretenimiento nocturno, en
México de unos años para acá son llamados coloquialmente “antros” en los que es
una costumbre que existan cadeneros, es decir tipos apostados en la entrada que
seleccionan a quienes van a entrar al susodicho lugar a divertirse.
Imagino que en la mayoría de
los lugares de otras latitudes la selección se basa en el poder adquisitivo de
los aspirantes a ingresar al bar de moda, en México esa selección se extiende también
al color de piel. Si la persona va vestida con ropa de marca y además es rubia
o de ojos claros sin duda tendrá prácticamente asegurada la entrada al lugar,
por el contrario a medida que tu piel sea más obscura el ingreso se te ira
dificultando, por supuesto con la excepción de que te trates de un futbolista
de renombre.
El punto es que la
discriminación se ha extendido, hace unos cuantos días una joven que reuniría todos
los viejos estereotipos para considerar de facto su ingreso a cualquiera de
estos lugares, puesto que se trata de una joven rubia, fue detenida por el
cadenero prohibiéndole el acceso al lugar, al ver que el resto de sus
acompañantes podían accesar, la joven cuestionó el porqué de la negativa a su
derecho a entrar al “antro”, la respuesta del caballeroso cadenero fue:
“Lo siento estás muy mamada.”
En México la palabra mamada
o mamado, tiene diferentes acepciones, la mayoría de ellas más que de uso
coloquial son de uso vulgar, entre ellos esta la que se refiere a una persona
sumamente musculosa, es decir aquí se puede referir: Hulk está bien mamado.
El punto es que la joven en
cuestión, Marce PIña es una deportista de crossfit de mucho éxito en Monterrey, su ciudad
natal, la cual no solo participa en competencias sino que da clínicas a quienes
quieren mejorar su salud.
Lo que debería ser un motivo
de admiración se convierte de pronto, por la oscuridad mental, en un motivo de
discriminación de género.
Es decir si se hubiera
tratado de un hombre musculoso (por supuesto que también reuniera el
estereotipo requerido por el cadenero) la entrada no le hubiera sido negada
pero como se trataba de una mujer el ingreso le fue rechazado.
Lo anterior se traduce en la
mentalidad de muchos mexicanos en lo siguiente:
“Una mujer no puede ser
fuerte o al menos no puede dar la imagen de fortaleza física.”
Los estereotipos son
terribles, como lo son los que pretenden dictarnos como debemos concebir la belleza.
En la mitología griega
existe la leyenda de las amazonas, mujeres guerreras que se oponían al imperio
de los hombres, entrenándose hasta ser sus iguales en destreza de combate, por
lo que dentro de los trabajos encomendados a Heracles (el Hércules romano) estaba
el derrotar a las indisciplinadas Amazonas, por medio de trampas Heracles las venció
e incluso terminó ultrajándolas sexualmente, antes de la matanza.
Como otros mitos, este pretendía
también dar una enseñanza y fijar un estándar, en este caso el que decía:
“Como mujer no puedes ser
fuerte y equipararte a los hombres, si no recibirás un castigo.”
Por supuesto ese pensamiento
data de hace más de tres mil años y resulta inconcebible que aun se reproduzca
hoy en día.
Cualquier discriminación debe
ser ferozmente combatida, tratase de la religiosa, sexual o económica.
Me resulta muy triste que en
este país, en el que la gran mayoría de las personas son de tez morena, exista
una discriminación por el tono de la piel, es en verdad ridículo.
Otro ejemplo más de lo
anterior puede verse en algo que también parecería intrascendente, pero por
supuesto viéndolo de fondo no lo es.
Seguramente muchos de
ustedes vieron en cine Starwars episodio VII, en dicha película uno de los dos
protagonistas es de tez negra, a mi juicio el personaje es lo suficientemente
fuerte y carismático para que se convirtiera en lo que para mi generación fue
Luke Skywalker y Han Solo, sin embargo en jugueterías y supermercados la figura
de acción del susodicho personaje tuvo que ser rematada incluso con descuentos
de más del 70% porque a los padres y niños mexicanos no les interesó adquirir
el juguete de un héroe negro.
La semana pasada mis hijos
me han llenado de orgullo, acudimos al supermercado (al cual cada vez estoy más
convencido de no llevarlos) y como en cada visita tuve que batallar con ellos
para convencerlos de los motivos por los cuales no podía comprarles juguetes,
sin embargo ellos fueron los que terminaron por convencerme, por lo que fuimos
a escoger los muñecos que les compraría, en el carrito les coloqué varias
figuras para que ellos escogieran, mi hija de tres años de inmediato retiró al
resto de princesas y se quedó con Tiana, la protagonista de La princesa y el
Sapo (con quien por cierto ahora duerme todas las noches), los finalistas de mi
hijo de cinco años fueron el soldado de invierno y la viuda negra
(efectivamente se trata de una muñeca de una heroína de acción), lo anterior me
convenció que con educación y con el ejemplo se pueden combatir los estereotipos.
Un niño puede y debe ver también a una mujer como una posible heroína y una
figura de fortaleza, sino terminará discriminando a una mujer porqué esta “mamada”.
Dentro de los juguetes de la
Liga de la Justicia que Emilio tiene está la figura de acción de la Mujer
Maravilla, la guerrera amazona que rivaliza en fuerza y poder con el mismo
Superman, al jugar él, no solo la llama Diana (su nombre de pila) sino que la hace entablar batallas como cualquier otro integrante
del grupo de héroes así también cuando el episodio VII estuvo en pantalla el
segundo personaje favorito de mi niño y del cual adquirió el muñeco también en
ese mismo orden fue Finn, el héroe de tez negra, solo superado obviamente por
el “cool” villano Kylo Ren.
El color es solamente el
efecto del reflejo de la luz en nuestro cuerpos y la percepción de esos haces
reflejados por nuestros ojos, sin luz todos somos exactamente iguales, resulta
curioso pensar que en este caso lo que necesitamos es un poco de oscuridad para
darnos cuenta que en ella todos somos iguales, todos somos de color negro.
el racismo es tan viejo como la tierra,no es que este desde hace tres mil años o más, los valores son esenciales para toda ocasión, que el cadenero no haya dejado pasar a Marce no es culpa de la discriminación si no de la ignorancia del cadenero.
ResponderBorrarMuchas gracias por tu comentario, la discriminación es una salvaje hija de la ignorancia.
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